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Fueron trasladados hacia las afueras de la ciudad. Recorrieron millas en el vehículo, que además era escoltado por otros tres vehiculos similares. Los cuatro eran todo terreno y atravesaban sin problema alguno el terreno que se les pusiera enfrente, incluso podían flotar sobre el agua, como comprobaron después al llegar al destino: una base militar rodeada de un lago. Los vehiculos adoptaron el funcionamiento de una lancha y cruzaron sin dificultad la profunda masa de agua. Por las ventanas se podían ver peces parecidos a las truchas, pero de más de 10 metros, cuyos costados emitían una luz de color naranja. Fascinante.

Los vehiculos tocaron tierra firme y conducieron por una rampa que daba entrada a la base militar. Ya dentro, se detuvieron y Lemin y el copiloto salieron del vehículo, abriendo las puertas para que Sofía y Jason salieran con las mascarillas puestas.

Un nuevo grupo de soldados, al mando de Lemin, los guio hacia una sala especial. Se trataba de un laboratorio con peceras en las que habían una gran variedad de especies animales raras, o algo así, mas que animales parecían monstruos. Flotaban todos en el líquido verdoso de las peceras emitiendo burbujas por sus organos respiratorios.

Había un grupo de genivianos con batas blancas que analizaban los recipientes y tomaban apuntes en una pantalla táctil. Lemin alzó la voz, en el idioma geniviano, y llamó a un tal "Luya". Era uno de los señores que llevaba bata blanca, un geniviano algo más bajito que sus compañeros, pero que igual sobrepasaba los dos metros de altura. Se veía de mayor edad, las arrugas en su cara lo delataban. La mirada soñadora se encontró con los ojos de Sofía y Jason, y entonces habló en idioma español perfectamente entendible:

-Ya llegaron mis conejillos de india, métanlos a la jaula.

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