9 de Junio

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—¿Y esa cara de felicidad? —preguntó Nahoya viendo a Souya cocinar tan alegremente.

—Es una sorpresa.

—Esperaré hasta que la emoción te gane y me lo digas —retrucó Nahoya.

—¿Por qué todos dicen eso? Sé guardar secretos —comentó Souya haciendo un leve puchero.

—Claaro, como cuando Hyung te dijo que no le dijeras a nadie que era mujer y ese mismo día corriste a decírmelo —se burló.

—Tú tampoco guardas secretos, te dije que el restaurante era una sorpresa y ese mismo día le dijiste a Hyung que ya estaban listos los papeles.

—Sí, pero-

—Suficiente —regañé entrando a la cocina ante el bullicio.

—Bueno, me callo —rio Nahoya.

Al poco tiempo llegó Yung corriendo a abrazar a Nahoya. Ni siquiera a mí me abraza con tanta emoción...

—Tío, ¡Tendré un hermanito!

Souya y yo nos quedamos en silencio ante las palabras de Yung, se supone que le diríamos después. Suspiramos rendidos.

—Bueno, supongo que no saber guardar secretos es de familia —comentó Nahoya con burla— ¿Y si es una niña?

—¡No, yo quiero un hermanito para jugar con él!

—También puedes jugar con una niña —corregí.

—Las niñas de mi escuela son algo raras... —murmuró— no, quiero un hermanito —habló mientras me abrazaba.

—Bueno, no puedo hacer algo para cambiar el género del bebé —reí nerviosa— eso sí es sorpresa.

—Uhmm, está bien, ¡Si es una niña voy a protegerla de todos! —exclamó con confianza— ¡También le enseñaré a pelear así nadie la moleste cuando yo no esté!

—Bueno, si resulta ser niña y recibe el entrenamiento de tu madre. Creo que a los que tendrás que defender serán a sus oponentes —murmuró Nahoya a lo bajo.

—Escuché eso.

—¿Era un halago? —rio.

Almorzamos con Nahoya y pasamos el rato los cuatro hablando de diferentes cosas. Sin darnos cuenta, ya era de noche y Yung se fue a dormir.

—Muchas felicidades, de verdad. Otro sobrino, vaya —comentó sorprendido— ¿Cómo lo llamarán?

—Aún no lo hemos pensado, es muy pronto —habló Souya.

—Quizás sería bueno ver eso después de saber su género —sonreí.

—Oigan, tengo una pregunta —dijo con un leve tono de preocupación en su voz— ¿Planean decirle a Yung sobre...?

Sabía a lo que se refería Nahoya, estaba por hablar hasta que Souya me interrumpió.

—No tenemos nada que decirle, Yung es mi hijo y punto —aclaró con seriedad.

¿Sería inoportuno pensar que ver a Souya serio es muy sexy? Vamos Hyung, concéntrate, ponte seria.

—No quería sonar grosero, solo pues.

—No te preocupes Nahoya, no nos molestamos —respondí con amabilidad— solo es... Innecesario hacer una aclaración así. Kisaki es algo que quiero, es decir, queremos dejar atrás.

—Yung será un Kawata al igual que este bebé —agregó Souya acariciando mi vientre.

—Ya veo, me parece bien —nuevamente su sonrisa— bueno, ya debería irme. Despídanme de Yung.

Nunca te olvidaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora