Etiquetas extras: Secuestro, Oliver dark, victima/Barry, obsesión enferma.
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La obsesión enfermiza: se caracteriza en poseer o dominar a la persona objeto de la obsesión.
Podría ser tan fácil.
Tomar sus manos y guiarlo hasta su habitación, cerrando la puerta tras él y privarlo de su libertad mientras él, ingenuo, observaba con curiosidad las baratijas regadas en su cuarto de tanto valor monetario para el mundo, pero tan poco importantes para él y su personalidad. Tan diferente al chico rondando en su espacio personal, tan brillante, inocente e inconsiente de lo que causaba en su mente con una simple mirada, sonrisa, toque o un murmullo de su nombre.
Podría ser tan fácil. Acorralarlo contra la pared y hacerle sufrir un escalofrío ante la cercanía, porque sabía que, aunque no estuviese atraído a los hombres, ese tipo de distancia, íntima, privada, lo pondría nervioso al punto de hacerlo enrojecer. Así como hacía cada que el aire se le acababa al final de un entrenamiento físico o un combate real contra villanos, como hacía cada que su mejor amiga le dedicaba una sonrisa e intercambiaba algunas palabras con él, como cada vez sonreía de todo corazón con algo similar a cariño.
Podría ser tan fácil. Desaparecer el color blanco de sus mejillas con un rubor intenso, el destellar sus ojos ante una mano posada en su cadera, entrecortar su respiración al inclinarse sobre su espacio y rozar sus labios con un dedo. Escuchar su nombre ser murmurado, titubeado con duda, vergüenza y confusión pintando su expresión y nublando sus ojos verdosos.
Sería tan fácil. Que tomara todo lo que él estaba dispuesto a darle, obligarlo a abrir su boca y recibir sus húmedos besos, forzarlo a abrir las piernas para hacerle espacio, empujarlo a decir su nombre su nombre una y otra vez en diferentes tonos: sorpresa, confusión, pena, miedo y deseo.
A ese punto le daba igual. Pero le encantaría saber que lo que siente tan intensamente por él fuese recíproco y haya una respuesta positiva a esto. Un susurro vuelto gemido, un empujón vuelto jalón y un sólo recibir vuelto corresponder.
No fue concidiencia que se conocieran, al verlo por primera vez en esa escena del crimen, sufrío un enamoramiento a primera vista, admirar su cabellos de seda castaños, sus ojos esmeraldas con pestañas tupidas. Luego de que volviera a su ciudad natal, una soledad se instalo en su pecho, extrañandolo con cada celúla de su cuerpo. Gracias a su mejor amiga siguieron en contacto, saliendo a tomar en bares, el menor visitandolo cada vez que podía y con el tiempo pudo llegar a una conclusión.
Podría ser tan fácil. Llevarlo a su cama y hacer que ambos lleguen al orgasmo con una noche apasionada y besos torpes. Besarlo tiernamente por todo su rostro hasta que se quede dormido, admirarlo en silencio mientras se preguntaba si realmente lo merece, si merece el cariño del menor, si merece su amistad, incluso si tenía merecido estar alado de un ángel como él.
Y entonces se dio cuenta que en realidad nadie se lo merece. Que el mundo cruel y despiadado, no merece un ser tan puro, fuerte, brillante y hermoso.
Que sus compañeros de trabajo no merecen su presencia, sus amigos no merecen sus sonrisas.
Nisiquiera su padre adoptivo merece sus abrazos y felicidad.
Nadie lo merece. Ni siquiera él.
Pero él puede apreciarlo, cuidarlo y protegerlo. Él puede hacerse cargo de él y hacer que tenga lo necesario, él puede ser la única compañia que necesita, la única amistad y receptor de su cariño. Es tan fácil solamente tomarlo y esconderlo del mundo, privarlo del dolor de afuera y de la tristeza de las personas ajenas, protegerlo de todos porque nadie es digno de él.
Podría ser tan fácil simplemente encadenarlo a su cama y cuidarlo ahí día y noche, murmurarle pequeños halagos dulces a su oído cada que tiemble en su presencia, acariciarle su mejilla cada que su respiración se entrecorte con un sollozo. Besarle cada que su voz se quiebre con su nombre en una súplica. Quizás de algo tan puro e ingenuo como dejarlo ir, algo tan tierno y necesitado como ayudarlo a venirse o tan doloroso y punzante como acabar con su vida.
Podría ser tan fácil.
"Oliver..."
Alzó la mirada a él, sus ojos azules se conectaron con los verdosos todavía nublados por el sueño y la pequeña sonrisa tímida apareciendo en sus labios haciéndole desear besarlos con fuerza.
"Barry." Murmuró contra su piel, besando y suspirando sobre su cuello. "Mi Barry."
Su risa burbujeo con encanto, dulce y ligeramente débil, su mano encontró camino en su cabello rubio, acariándole con suavidad que otro suspiro se escapó de sus labios.
"Lo siento."
Sus ojos se abrieron ante la disculpa, se separo de inmediato queriendo discutir con ello, la ansiedad lo carcomía en hacerle saber que no tenía nada por que disculparse.
"Me quedé dormido."
Se quedó quieto, mirándolo desde arriba y encontrando en su expresión volviéndose de felicidad silenciosa a confunsión.
"¿Oliver?"
Sacudió la cabeza y se inclinó más cerca de él, desconsertado.
"¿Por qué te disculpas por quedarte dormido?"
Los labios del menor se abrieron y cerraron, sus ojos verdes observándolo y luego desviándose a un constado con un sonrojo en las mejillas.
"P-porque fue... despúes de... que..."
Parpadeó ante su frase incompleta y tomó su barbilla con cuidado, girándola para que lo volteara a ver y sus ojos se encontraran otra vez.
"Nosotros..."
Lo besó con lentitud, disfrutando el pequeño ruido de sorpresa contra su boca, se acurrucó en su mejilla, besándola también.
"No te disculpes."
Le escuchó tomar aire con profundidad, su aliento entrecortado pegándole en la oreja en una risa llena de suspiros, lo aprisionó en la cama con su peso, sus manos paseándose por sus costados y sintiéndolo temblar con suavidad, sus propios dedos sosteniéndole la espalda débilmente y presionando las puntas en sus músculos cada que besaba su piel.
Y mientras sus pulmones comenzaban a pedir más oxígeno y sus toques se volvían más codiciosos, escuchar su nombre ser gemido en su oído y sentir sus manos intentar aferrarse a él, causó toda una inundación de pensamientos posesivos en su cabeza.
Y atrapando sus muñecas contra el colchón en un movimiento, su voz con un tinte de confusión pronunciando su nombre, sus ojos verdes todavía brillando por las caricias pero comenzando a enfocarse en desconcierto, llegó a la conclusión rápidamente.
No habría esfuerzo alguno para mantenerlo a su lado.
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One-shots [Olivarry]
FanfictionDiferentes historias en varios capítulos, ambientados en varios universos. ➤ La portada esta hecha por mí. ➤ Las imágenes utilizdas para la portada pertenecen a @barryallen.edits en Instagram. ➤ Cada capítulo tiene sus advertencias al inicio. ➤La...