One-shots [Olivarry]

Celo

Etiquetas extras: Universo Omegaverse, Barry/Omega, Oliver/Alfa, Ciclos de apareamiento.

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Hay algo fragante en el aire cuando Oliver llega a casa. Es dulce y floral, lo huele, gratamente sorprendido. Es como si alguien hubiera traído un enorme jarrón con orquídeas recién cortadas o pétalos de rosa esparcidos por el suelo. Hay un matiz de zafiro, verdor y lavanda, por alguna razón le hace salivar la boca.

Nunca antes había tenido tal reacción a las flores.

Se quita la chaqueta del traje y se dirige a la cocina. "¿Barry, bebé?" Llama, sorprendido de que su pequeño Omega no esté esparcido en algún lugar de esta parte del ático. Se acerca a su mesa de licores y se sirve un poco de whisky, tal vez su castaño no estaba en casa, seguro salió al parque con Willian.

Se dirige a la sala con un vaso de whisky a mano mientras se afloja la corbata y frunce el ceño cuando ve los libros de texto del menor esparcidos por el suelo, un lápiz junto a lo que parece una oración a medio terminar. Mira alrededor del departamento críticamente, buscando algo fuera de lugar y ve un jarrón de dulces esparcido en la mesa de café.

"¿Bebé?" Vuelve a llamar, más fuerte esta vez, y se dirige al dormitorio. Tal vez se haya quedado dormido o algo así, sí, probablemente sea eso, no hay nada de qué preocuparse pero aún así camina con determinación hacia el dormitorio y empuja la puerta para abrirla...

Ahí está Barry.

Oh, ahí está Barry.

La fragancia lo consume todo. Madreselva, violetas y hortensias nadan alrededor de sus sentidos mientras mira asombrado, al ver a su Omega retorciéndose en su nido creado. Él está... Dios, está presentando su trasero en el aire y su cara presionada hacia un lado en una almohada de seda, el cabello es un desorden esponjoso y tiene algunos mechones pegados con sudor a su frente.

Tiene dos dedos enterrados dentro de sí mismo, está resbaladizo, brillante y listo gimiendo necesitado de más.

"¿Alfa?" Se ahoga con el sonido, estira un poco el cuello y arquea la espalda aún más en una reverencia perfecta. "Papi, papi, por favor..." balbucea un poco delirante, con dificultad para respirar. "Te necesito, te necesito, papi, por favor, estoy tan vacío."

Oliver ya se está desabrochando el cinturón. No puede apartar los ojos de la vista que tiene delante; está embelesado por ese diminuto agujero que se aprieta con avidez alrededor de los diminutos dedos del Omega. "Es tu celo, cariño." Susurra. "Es temprano. ¿Por qué no llamaste? Yo habría... "

"No quería molestarte." Jadea en respuesta.

El Alfa se quita la camisa y se une con su Omega deliciosamente desnudo en el nido, se arrodilla detrás de él y se frota contra ese resbaladizo agujero. El olor es increíble, se inclina, cubriendo la espalda de su pequeño y tembloroso castaño con su pecho ancho y musculoso aspirando como un adicto la glándula aromatica. Barry se estremece con el contacto; ansioso e hipersensible.

"Mi Omega perfecto." Gruñe Oliver, raspando con sus colmillos la mordedura de apareamiento, el castaño echa la cabeza hacia atrás para darle un mejor acceso.

"Tuyo, tuyo." Se atraganta y el mayor asiente, besando a su chico y canturreando dulces palabras mientras empuja los dedos de su pareja.

"Mantente abierto para mí, cariño, tus pequeños deditos no son suficientes para ese agujero codicioso."

Barry se apresura a obedecer, mantiene sus mejillas tan separadas como puede inclinando sus caderas hacia arriba y abriendo las piernas aún más porque desea tanto la polla de su Alfa. En cambio Oliver aprieta los dientes ante la vista y arrastra su barba por la espalda sudorosa mientras se dirige a mirar mejor. El trasero del menor está más alto en el aire ahora, sus brazos son incapaces de sostenerlo y su rostro se desliza contra la cama mientras jadea de deseo.