Me perteneces

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Etiquetas extras: Oliver jefe de la mafia, AU Omegaverse, Barry/Omega, Oliver/Alfa, Comportamiento posesivo, Secuestro, Síndrome de estocolmo, Oliver hace lo que quiere.

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La primera vez que lo vio fue en una humilde y pequeña florería de la cual ese pequeño Omega era dueño, al entrar a la tienda con una nube de estrés encima fue disipada inmediatamente al posar sus ojos azules en aquella hermosa criatura de ojos verdes saltones, cabello castaño posiblemente suave al tocar, una piel suave de marfil y finos labios color melocotón.

El castaño lo recibió con amabilidad y cordialidad, preguntando en qué podía ayudarle, Oliver estaba que se moría por escuchar por primera vez en toda su vida una dulce y bella voz digna de un inocente ángel. Volvió en sí al escuchar a aquel ángel preguntarle con preocupación si estaba bien, Oliver solo respondió que estaba bien y pidió un ramo de rosas y claveles con destino a su madre, aquel castaño le ofreció una sonrisa y se dedicó a trabajar por el pedido, el Alfa rubio queriendo disimular revisaba su celular pero miraba de reojo al Omega que preparaba su ramo.

El toque de esas pequeñas manos, suaves y delicadas como la seda dejo a un Oliver encantado, recibió el ramo pedido y pagó dándole una propina extra para dejar a el castaño avergonzado y sonrojado.

Al salir de la tienda Oliver lo supo.

Ese pequeño Omega debía ser suyo, iba a pertenecerlo. No importaba cómo pero él lo tendría de una manera u otra, como un maldito pervertido y stalkeador investigó cada detalle de la vida del Omega; quedando maravillado y sorprendido al descubrir que su ángel jamás obtuvo ayuda de un Alfa para sus calores. Adorablemente pornográfico, ya casi en la sociedad no habían Omegas vírgenes luego de sus celos, pero descubrir ese detalle no ayudo que su erección bajara si no la endureciera mucho más.

Imaginarse desvirgando al chico, sus gemidos y chillidos, manchando esa bella inocencia y follarlo hasta el punto de dejarlo desmayado, llenarlo con sus cachorros tan profundo que el Omega no tuviera opción de embarazarse. Para luego marcarlo como suyo y protegerlo a él y a su descendencia futura donde los Alfas heredarán el negocio familiar y protegería a los Omegas de la familia. Cada pequeño detalle que aprende sobre él, desde cosas triviales como su horario de clases de pintura y los premios académicos que ha ganado, hasta hechos más personales como su pedido de bebidas en Starbucks o la forma en que baila por la noche (sin saberlo, demasiado cerca de la ventana de su departamento), todo de estas pequeñas cosas sólo incitan a Oliver a seguir adelante.

Lo manda secuestrar una semana después, ordenó a sus mejores hombres esperar cerca de la florería del castaño hasta esperar que cerrara, cuando llego el momento en la cual el cielo se pinto de azul oscuro y el Omega había cerrado su pequeña tienda para tomar un largo camino a casa. Fue interceptado en un callejón oscuro por los hombres de Oliver quienes lo agarraron entre todos para desmayarlo con cloroformo en cuestión de unos minutos.

Una sonrisa macabra y brillante se formo en los labios del jefe Alfa al ver llegar a un recluta con su Omega en brazos desmayado, lo dejo depositarlo en la cama de su habitación para luego ordenar a todos con voz de mando que salieran. Para luego inspeccionar más a detalle los rasgos suaves y juveniles de su futuro Omega, paso sus manos acariciando con parsimonia las mejillas y labios que moría por probar para acercar su nariz contra la glándula y aspirar con deseo el aroma que desprendía con pizcas agrías de miedo.

No podría esperar con hacerlo suyo.

[...]

Un mes después.

One-shots [Olivarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora