11- Golpe bajo.

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No podía mantenerse calmado, ni siquiera siendo un adolescentes había cometido semejante barbaridad. ¿Cómo era posible que hubiera actuado de una manera tan inmadura? Se sentó enfrente de la mesa de examinación de su consultorio, recargó los codos sobre esta y jaló con fuerza sus cabellos, ¿En qué momento Sasori lo había vuelto un maldito idiota celoso?, Y además de todo patético.

Levantó con rapidez la mirada cuando creyó escuchar que alguien entraba en su consultorio, casi se detiene su corazón al pensar que había visto a Sasori parado en el marco de la puerta, pero esto no fue cierto, sino simplemente un producto de su imaginación. Pasó una mano por sus ojos, intentando quitar el cansancio de ellos con esa acción.

Su celular comenzó a sonar, antes de ver de quién se trataba, pensó que sería Sasuke, quien seguramente querría que ambos se encontrarán para discutir todos los problemas que tenían. ¡El gato de Sasuke!, Pensó, pero todo se borró al ver el nombre de Sasori en la pantalla de su celular. Dudó en contestar por unos segundos, pero al final lo hizo.

- ¿Qué quieres?.- le respondió con tono tajante y como si estuviera malhumorado.

- Es lo que te iba a preguntar yo, Sasuke me dijo que me llamaste ayer.

- Me equivoqué.- dijo con rapidez, sin saber que del otro lado de la línea telefónica, Sasori había dibujado una sonrisa en su rostro.- quise llamar a un paciente.

- Ya veo.

- ¿Acaso es que perturbe tu cita con mi hermano?.- preguntó sin sentir vergüenza alguna.

- ¿Acaso estás celoso?

- No. Sé que lo que es mío, se queda conmigo.- le dijo en tono seductor.

- Deberías dejar de tener ese ego tan grande. Me voy, Sasuke pasará por mí en unos momentos.

Sasori le colgó y eso no fue todo, la sonrisa sínica de su rostro se borró al escuchar el nombre de su hermano. Estaba seguro que Sasori buscaba la manera de darle celos, y aunque se negara a aceptarlo el maldito enano lo estaba logrando y con gran éxito.

Esa bola de pelos roja se moría por él, estaba seguro de ello, sin embargo, por otro lado estaban las declaraciones de Sasuke y el que este haya contestado el teléfono de Sasori. ¿Sería acaso que ese enano aún no encontraba las palabras para romper con su hermano?, Porque era obvio que lo haría. Recargó su cuerpo en la silla hacia atrás, era el peor hermano del mundo, estaba anhelando que Sasori rompiera con Sasuke, sin detenerse a pensar en el sufrimiento que podría acarrearle a su pequeño hermano, al que alguna vez juro no dañar.

Dejó escapar un gruñido de desesperación al momento en que sus manos se colocaban en sus mejillas y descendían lentamente de estás. No tenía otra opción, debía de hablar con Sasori y aclarar las cosas. ¡Maldita sea!, Tenía que haber hablado con Sasori desde la última vez que fue a su apartamento, pero no, en cambio acabó besándolo y haciéndole un par de cosas más, cosas que ansiaba hacerle en cualquier momento así su familia lo acabará odiando. Se iría al infierno, estaba seguro de eso y lo peor es que no tenía cara para reclamar algo y mucho menos no tenía ningún arrepentimiento.

(⁠◠⁠‿⁠・⁠)⁠—⁠☆

- ¿Has hablado con Sasuke?

Se sobresaltó. Jamás en su vida le había pasado algo como aquello, su conciencia había estado siempre tranquila, hasta que ese enano apareció en su vida. Su corazón latía con fuerza, pero a los pocos segundos sabía que esa voz era de su madre, quién había estado sentada en el sofá cerca de las escaleras.

- No he tenido la oportunidad.- se excusó.

- ¿No has tenido la oportunidad para eso, pero si para otras cosas?.- le preguntó su madre, mirándolo con incredulidad y además un poco de burla.

𝑴𝒊𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂𝒔 𝑫𝒐𝒓𝒎í𝒂𝒔 (𝑰𝒕𝒂𝑺𝒂𝒔𝒐)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora