Enamorada de ellos desde pequeña...
Ellos adorándola desde niños....
Ella creyendo en una promesa de la niñez...
Ellos olvidándola
Ella pensando en ellos a cada instante...
Ellos enamorándose de alguien mas...
Ella ilusionada de aceptarlos....
Ellos...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- Em - la voz de Mikha hace que deje mi atención a Vekram para mirar a Daemon y él mirarnos desde un extremo de la sala
- Ahora vengo cariño - digo dejando un beso en la cabeza de Vekram para levantarme y dirigirme hacia los dos pares de ojos que me miran fijamente - ¿Sucede algo? - pregunto cuando llego frente a ellos
Daemon entrelaza su mano con la mía para después alejarme de la sala con Mikha detrás de nosotros.
- ¿Amor? - pregunto confundida cuando comenzamos a subir las escaleras
Daemon no me dice nada simplemente sigue su paso y yo con él hasta entrar a una habitación al final del pasillo del segundo piso.
- Dae... - su nombre se queda a la mitad en mis labios al sentir su boca con la mía
- Solo déjame venerarte - dice después de encontrarnos con una pelea por llevar el control del beso
Veo a Mikha ponerle seguro a la puerta para después acercarse hasta nosotros y tomar mi cintura por detrás comenzando a dejar pequeños besos húmedos desde mi cuello hasta mi hombro mientras Daemon comienza a levantar lentamente la playera mientras me mira directamente a los ojos pidiendo permiso.
- ¿Por qué siento que esto es como una despedida? - pregunto bajamente mientras mis ojos se llenan de lagrimas al sentir esa presión en mi pecho
- Eso no sucederá princesa - dice Daemon dejando mi playera para acariciar mi mejilla limpiando las primeras lagrimas que comienzan a caer
- No llores amor - la voz de Mikha hace que sonría en medio del llanto para después girarme y tomar sus labios entre los míos mientras Daemon desliza la playera hacia mis piernas ya que al quedarme grande es sencillo quitarla de esa manera.
- Eres mi maldita adicción - la ronca voz de Daemon hace que me aleje de Mikha para quedar frente a los dos en solo bragas
- Tengo que decirles algo antes de continuar - digo con la voz temblorosa por el llanto y los nervios
- Amor - la voz de Mikha mientras se acerca junto a Daemon hace que tome el valor para continuar
- Yo... - digo nerviosa bajando la mirada pero el calor que Daemon me proporciona al tomar mi rostro entre sus manos para que los mire me hace continuar - Nunca lo he hecho - digo con vergüenza
Veo sus miradas cambiar a una de sorpresa total haciendo que mis nervios aumenten por completo y tal vez lo sea ¿Quién a sus 28 años aun sigue siendo virgen?
- Se que es raro pero yo tenía la ilusión de que cuando lo hiciera sería por amor y con las personas que en algún momento soñé - explico - Pero al final nada sucedió como lo planee o mas bien como creí que sucederían - digo
- ¿Ellos jamás te tocaron? - pregunta Daemon con cautela
- No, ni ellos ni ningún otro hombre - digo mirándolo a los ojos - Son los primeros en verme prácticamente desnuda - confieso mientras siento como mis mejillas se calientan por la vergüenza
- Eres perfecta cariño - dice Mikha mirándome con una sonrisa al igual que Daemon
- Ahora tengo un motivo mas para regresar - dice el rubio besando mi frente y cuando pienso preguntar a que se refiere soy interrumpida de nuevo por su voz - Te confieso que me encantaría tirarte a la cama ahora mismo para tomarte como se que quieres y quiero pero no lo hare porque cuando eso suceda quiero a todos aquí para ser consientes de que tú entrega es genuina y sentir ese orgullo y placer de ser los primeros en tú vida - explica mientras toma la playera del suelo para ayudarme a ponérmela
- Todo esta bien cariño - dice Mikha acercandome a sus brazos para durar así por lo menos unos minutos
- Daemon - digo cuando lo veo mirarme por ultima vez con una mirada que no entiendo
- Eres lo mejor que me ha pasado en la vida cariño nunca lo olvides - dice acercándose para dejar un casto beso en mis labios y después salir bajo la atenta mirada de ambos en él
- ¿Tú me explicaras que esta sucediendo? - pregunto levantando la mirada a esos ojos que amo ver
- Tenemos que viajar, mis hermanos se quedaran aquí mientras nosotros resolvemos algunos asuntos de trabajo - explica dejando un beso en mi frente
- ¿Estarán en peligro? - pregunto con preocupación
- No cariño - dice cerrando los ojos mientras me abraza aun mas pero se que me miente - Regresaremos a ti eso te lo juro - dice y después de dejar un beso en mis labios sale
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Malditamente no me quería alejar ahora, la confesión que nos hizo a Mikha y a mi me hacia mucho mas dificil el alejarme y mucho mas después de haberla visto desnuda y cómoda en mis brazos, Emilia era una maldita adicción que se había convertido esencial para poder respirar y el tan solo pensar que no tendría su olor, sus caricias y su voz a mi alrededor me hacia volverme loco, tal vez sería la maldita ultima vez que la vería y no lo podía aceptar aun, no cuando no la he disfrutado como quisiera.
- Daemon - la voz de Mats cuando bajo las escaleras rápidamente bajo su atenta mirada y la de Tobías hace que mis nervios y molestia aumenten
- Te juro que cuando regrese te golpeare por alejarme de mi mujer - digo mientras siento el dolor punzante en mi verga
- ¿Alguien se puso caliente? - pregunta Tobías con burla haciendo que lo mire mal
- Si la hubiera visto desnuda estarías igual cabrón - digo haciendo que su risita burlona y su mirada de idiota se quiten
- ¿Se la cogieron? - pregunta Mats mientras veo bajar a Mikha
- No - dice mi hermano mirándolos
- Y mas les vale tener las manos y el pene quieto hasta que regresemos - advierto
- No prometo nada - dice Tobías levantando las manos con una sonrisa idiota
- Si no quieres un tiro en las bolas mantente al margen hasta que regresemos - digo
- ¿Ahora amenazas? - pregunta con burla
- Mejor cállate - le aconseja Mats - Recuerda la ultima vez que discutieron - le recuerda y es entonces que su cara se pone a una sería y sin color haciéndonos reír a Mikha y a mi
- Ni me recuerdes ese día - dice alejándose
Cuando éramos niños en una ocasión Tobías y yo discutíamos por a quien mi padre le entregaría su arma cuando creciéramos y en un arrebato de enojo dispare entre sus piernas haciendo que la bala chocara con el suelo pero unos milímetros mas y mi hermano ahora no pudiera engendrar.