Engaños del Emperador •NuggetSMP

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Cacería

Sabemos que el ser de Magma estuvo por poco más de dos días dando vueltas por el lugar, pero ¿nadie se a preguntado qué estuvieron haciendo los demás? Pues aquí está la respuesta.

Un día después de que Bael y Magma empezaran con su odisea, Fallo organizó una expedición para cazar al Warden, ya que había encontrado una Ciudad Antigua. Fallo invitó a todos, o al menos a los que pudo pues no logró encontrar a Magma y al recién llegado Silencio, y Pollo y Nova se negaron a participar alegando que estaban ocupados, por lo que sería una cacería entre chicas más Fallo.

Realmente el ojiblanco no estaba muy seguro de que tan buena idea era continuar con eso dado que ninguna de las chicas era precisamente buena a la hora de pelear, pero ellas ya estaban emocionadas con la idea de ir a una de esas ciudades así que continuó con el plan, aunque con un pequeño cambio pues ahora en lugar de cazar al Warden solo saquearían el lugar, otro día harían el plan original.

Basta de introducciones y vayamos a lo que realmente importa. Todos se prepararon con armadura, armas por si acaso, comida y mucha pero mucha lana para evitar los sensores.

Todos estábamos desordenados pero era entendible, dimos un último chequeo para asegurarnos de que todo estaba en orden y no faltaba nada y después empezamos con la aventura. Se encaminaron hacía el lugar, no estaba muy lejos, pero entre las tonterías, bromas, peleas y accidentes tardaron más de lo debido en llegar. 

—Voy a hacer la bajada y ustedes irán detrás de mi, no dejen de shiftear. —Ordenó Fallo sacando su pico.

Todas asintieron en acuerdo. Querían evitar todo lo posible hacer aparecer al Warden, pero el destino o mejor dicho, alguien, les tenía otra cosa preparada. Llegando al suelo, ya estando dentro de la Ciudad Antigua alguien habló.

—¿Ustedes también escuchan la campana? —Dijo Rakkun, dejando de caminar.

—¿Qué campana? —Fallo también se detuvo.

—Hay una campana. —Repitió.

El ojiblanco se adentró un poco más en la ciudad, tratando de escuchar la campana de la que hablaba su amiga, aún así no podía escucharla, sin embargo, los sensores de sculk iluminados le dijeron que lo que decía era real y que el Warden ya debía haber aparecido.

—¡Hay que irnos! —Dijo Fallo mientras regresaba.

Ya no importaba si hacían ruidos o no, de todas formas la campana debía tener entretenido al Warden y no se daría cuenta de que estaba ahí, ¿verdad? Pues no, lo último que los 4 aventureros pudieron escuchar fue el sonido de los pasos del Warden y un gran golpe que los dejó inconscientes. 

"Cargalos y llévalos con Silencio".

Esas palabras resonaron en el interior de la mente de la criatura y esta solo obedeció sin protestar.

Silencio se encontraba afuera de una habitación incrustada en una de las paredes de la cueva, dando vueltas de un lado a otro a un costado del mortificante sonido de la campana y el mecanismo que la hacía sonar repetidamente, estaba ansioso y preocupado de que las cosas hayan salido mal, y se cuestionaba si había tomado la decisión correcta.

—Nova, espero que cumplas tu promesa. —Cruzó los brazos, moviendo su pierna derecha con impaciencia.

En cuanto el pelinegro vio al warden con todos corrió en dirección a él para saber si necesitaba curar algunas heridas, aunque tuvo especial cuidado con Rakkun

El constante sonido de la campana empezaba a lastimar sus oídos, afortunadamente ya no tendría que esperar mucho para poder quitarla pues el Warden estaba regresando con los cuerpos inconscientes de aquellas personas.

Rápidamente se acercó al Warden, recogiendo primero el cuerpo de su querida amiga Rakkun para examinarla y comprobar que no estuviera herida para después llevarla dentro de esa habitación mencionada anteriormente. Luego se encargó de los demás, ya sin tanto cuidado.

—Espero que esa cosa no me mate. —Dijo refiriéndose al Warden.

Soltó un suspiro pesado y volvió a salir, tocaba hacer la siguiente parte del plan que Nova le contó. Primero quitó la campana y el mecanismo, y ahora venía lo más peligroso, quitar el anillo con esa extraña gema azul del cuerno del Warden sin morir en el intento.

Subió por las escaleras hacía una pequeña plataforma que se supondría que lo mantendría fuera del alcance del Warden, pero otra vez Nova tenía otra cosa preparada. Por dios ¿ese hombre no se cansa de alterar los eventos? ¿Cuántos cambiamos más faltan?

No nos desviemos. Mientras Silencio subía el Warden agarró una de sus piernas y lo jaló hacía el suelo sin previo aviso para inmovilizarlo, eso provocó que recibiera un golpe en la cabeza que por suerte no lo hizo desmayar.

—¡HEY! ¿¡QUÉ CREES QUE- —Una voz lo interrumpió.

—Cambio de planes, necesito ayuda y si te lo pedía no ibas a ceder.

—¿De qué estás hablando? ¿¡QUÉ ES LO QUE QUIERES!? ¿¡NO TE BASTÓ CON EL OTRO LUGAR!?

—No es la gran cosa. —Sacó un anillo de su bolsillo, anillo idéntico al que tenía puesto el Warden.

—¡ERES UN PSICÓPATA!

El ojiamarillo cerró sus manos en puños en un intento de evitar que el monstruo frente a él le colocara ese maldito anillo, el Warden aplastó sus brazos, estando a poca fuerza de romperlos por completo.

Gritó del dolor, perdiendo fuerza en sus brazos para mantener las manos cerradas. Nova no tuvo problemas para abrir una de sus manos y colocar el anillo con la gema de rubí en uno de los dedos del pelinegro.

—Maldito —hizo una pausa, rendido. —Voy a matarte.

—Quiero verlo.

El anillo se apretó con fuerza alrededor de su dedo y un fuerte dolor de cabeza lo golpeó como si se tratara de un balde de agua fría por lo repentino de su llegada.

Dicen que cuando mueres ves los recuerdos de toda tu vida, reviviendo esos momentos felices y tristes que te marcaron, pero nunca dijeron que solo con la muerte física.

Mientras Silencio permanecía tirado en el suelo, soportando el infernal dolor de cabeza y sintiendo que todo dentro de él se desvanecía, los recuerdos lo plagaron, aferrándose a su mente no queriendo desaparecer. Recuerdos simples como el aroma de su comida favorita, hasta recuerdos llenos de significado y emoción.

Recuerdos con Rakkun, la amiga que tanto lo ayudó cuando no estaba en un buen momento debido a la destrucción de su hogar, destrucción creada por ese monstruo de nuevo. 

Con sus últimos vestigios de consciencia y voluntad propia se lamentó por no poder cumplir su promesa a Rakkun, ya no iban a poder tener el reencuentro que se prometieron.

—Levántate y sígueme, hay que llevar los cuerpos a la base. —Habló Nova.