73. Déjalo procesar.

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El beso era más o menos pasionado, pero la ternura seguía allí, en un intento desesperado luzu trataba de arrancar la ropa de quackity sosteniendo sus piernas y recargandolo sobre la pared apoyado a la espalda, su lengua relamió sus labios mordisqueando los del omega quien se sostenía de sus hombros y cuello abrazandolo sin soltarlo ni viceversa -¿No te gustó la cena?- preguntó quackity entre cortadas ahogadas.

-Sí, pero esta noche, la mejor cena eres tú- sonrieron en broma deslizándose hasta la cama, con suavidad comenzó a desabrochar sus pantalones sin generar tanto ruido. Antes de unir sus labios una vez más con esa escasa fuente de aire el sonido de su teléfono vibrando lo despertó como si fuera un sueño.

-Joder.

-Jaja, respondelo- quackity se levantó apoyando sus piernas en las rodillas de luzu mientras jugaba con su cabello, luzu sostuvo el teléfono respondiendolo sin siquiera pestañar -Estoy algo ocupado sí puedes hacerlo rápido. 

-Perdón por distraerte- la voz de fargan se sentía áspera, como si probablemente había llorado o estaba decaído, podría ser perfectamente las dos a la vez así que carraspeó -No, no, no, sí eres tú puedo hacer una excepción, teeengo todo el tiempo del mundo.

El audio parecía una estática constante, suspiró notando la voz fargan quebrarse mediante el tiempo -Tengo algunos problemas y, pensé que tal vez sería bueno decírtelo pero no sé si será bueno.

-Vamos, fargan, eres mi amigo puedes decirme lo que sea, además tengo algo de experiencia con problemas- tardó unos minutos en escuchar a fargan una vez más.

-Necesito hablar de eso en persona, ¿tienes un momentito?- suspiró con frustración, había arruinado su momento de amor con su omega para aquello, volvió a presionar su cinturón apoyándose en una de las paredes jugando con sus uñas -Sí, tengo 20 minutos.

-Gracias- la llamada finalizó.

-Quackity, voy a tener que salir, dame 20 o menos y vendré a terminar lo que empezamos- un puchero se hizo presente, gimoteó en respuesta alzando sus labios para recibir un último tierno beso -Te veo después y te cuento.

-Bien- respondió quackity.

Luzu sostuvo su abrigo abrochando su camisa y poniendo la tela sobre ella, salió del departamento agarrándose de su cajetilla de sus cigarrillos, hace tiempo no fumaba, o al menos no sentía esa necesidad, a veces se preguntaba; sí realmente estaba madurando en ese sentido, o tan sólo tenía tanto en mente que no alcanzaba el tiempo para su adicción a su sabor.

Como sea había tomado un autobús, caminó por las calles que de forma increíble habían caído de frío interno, jadeó sacando un cigarro de la cajetilla notando que había olvidado su encendedor.

Refunfuñó -¿Necesitas uno?- fargan se encontraba detrás de su espalda sosteniendo un encendedor con un pequeño tallo grabado en él como decoración -Gracias, ¿cómo te encuentras?

Luzu sonrió acercándose, estrecharon manos compartiendo el gesto amistoso -Normal, normal, no es nada serio- aun así, no creía que no era algo serio, tenía el rostro lleno de sudor y de dudas que parecían comérselo vivo.

-Me asustas, ¿Qué es?

Un silencio recorrió cada esquina de las venas sanguíneas de luzu poniéndolo ansioso cuando de repente fargan cabizbajo comenzó a pronunciar -¿alguna vez haz pensado en embarazar a quackity y casarte con él?

Tosió desesperadamente dejando caer algún que otro quejido por la presión en su pecho repentinamente -¿Y eso qué?- una vez estar más estable, comenzó a pensar rascando su barbilla.

ᵍʰᵒˢᵗ ᵇᵒʸ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora