V: Ladrón

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Regresemos unos momentos antes, justo cuando Nami quedó encerrada...

William iba subiendo la montaña tranquilamente, mientras que escuchaba los destrozos de su compañero, por lo que su haki le indicaba, se encontraban Thomas y Moo tratando de calmarlo en lo que él llegaba al lugar.

Pasaron unos minutos que para sus compañeros fueron eternos en lo que él llegaba, ya de por sí Shigurumi era temible cuando estaba en sus cabales, y ahora, que no se contenía ni un poco era aún más peligroso, incluso para sus compañeros que trataban de no dañarlo gravemente.

"¡¡William!! ¡¡Por fin llegaste, ponle fin a esta locura!! " exclamó Thomas que estaba a unos metros de donde se encontraban Moo agarrando con todas sus fuerzas a Shigurumi.

"Gracias por estar con él, les debo una" dijo el rubio deteniéndose cerca de la acción, en ese momento Moo lo vio y soltó a su nakama, que ahora se dirigía a donde William, sus ojos estaban blancos completamente, como si estuviera poseído, sin embargo, cuando sus garras estaban a menos de diez centímetros de la cara del rubio... Se detuvo.

Sus ojos volvieron a la normalidad, su cuerpo empezó a temblar, miró a su alrededor y vio a sus nakamas sucios y con algunos rasguños, y después miró a su capitán, y fue en ese momento que sus ojos se aguaron, empezaron a botar lágrimas... Lágrimas de cocodrilo...

"Lo siento mucho... Perdón, perdón William... No quería hacer esto... " susurró Shigurumi arrodillado en el piso, llorando a mares, arrepentido por lo que había hecho, nunca atacaría a sus nakamas intencionalmente.

"Lo sé..." dijo William colocando su mano en el hombro de su nakama "... Tienes que parar con esto hermano, mamá no querría verte así. "

Eso solo logró desatar aún más las lágrimas de su Shigurumi, el cual apretó sus puños tan fuerte que empezaron a sangrar, recordando a cierta mujer, con sus cabellos tan rubios como los rayos del sol, sus ojos tan dorados como un lingote de oro, una mujer que había ido a mejor vida hace unos años.

"Extraño a la señora Isabella... " susurró el cocodrilo mientras que era consolado por su capitán.

"Todos lo hacemos, pero tienes que superar eso, hazlo por ella, hazlo por tus nakamas, por tí... " respondió él, que miraba a su nakama con una mirada triste.

Finalmente se levantó y se limpió los ojos, dándole un abrazo a su capitán, diciendo un simple:

"Gracias" no tenía que decir nada más.

Hizo lo mismo con sus compañeros, los cuales bromearon con él para quitarle el sentimiento de culpa.

...
...
...

Ahora vamos con Nami...

La pelinaranja estaba batallando con las esposas, tratando de quitársela de las muñecas sin embargo lo único aud lograba era lastimarse.

"Vamos Nami, eras una ladrona, ¿qué haría la antigua Nami en este momento?" pensaba ella.

Miró y miró a su alrededor, buscando algo que le pudiera servir, pasaron segundos, minutos en los que la pelinaranja analizaba el entorno, arriba lo único que podía observar eran los múltiples puentes colgantes que conectaban cada "casa" en la que residían los miembros de la tripulación de William.

𝑶𝒕𝒓𝒂 𝑽𝒆𝒛 𝑬𝒏 𝑬𝒍 𝑪𝒊𝒆𝒍𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora