Broken | yoonmin

04

El sonido de un escandaloso trueno resonó con fuerza e interrumpió el pesado sueño de Yoongi. Con molestia, el pelirrojo se removió en su cama, sin abrir los ojos aún, tanteando a ciegas con su mano la mesita de noche para dar con su celular. Cuando lo encontró encendió la pantalla y miró la hora: 4:25 a.m.

Luego miró hacia la ventana, la tormenta que fue anunciada unos minutos antes de cenar parecía estar arrazando con toda la ciudad. La lluvia caía con fuerza, azotando la ventana con gotas gruesas, y el viento frío se colaba en el apartamento.

Yoongi amaba la lluvia casi tanto como dormir, por eso descansar mientras oye el sonido de la lluvia es doblemente satisfactorio para él. Pero esta tormenta es otra cosa, hay truenos que suenan como bombas y puede ver relámpagos iluminando las nubes grises en el cielo completamente oscuro. Por un momento cree que el cielo va a caerse.

Y despertar por la madrugada por culpa de un trueno es casi patético. Esta sería su noche para descansar sin preocupaciones porque no pensaría en despertar temprano al día siguiente, ya que es su día libre. Y luego de su jornada diaria y agotadora todo lo quería era dormir. Pero estaba consciente de que le costaría reanudar su sueño por culpa de la tormenta.

Sin embargo lo intenta, se acomoda mejor en la cama y cierra los ojos. Cuando estaba a punto de dormirse cree oír otro trueno. Pero este viene extrañamente seguido de otros truenos.

Confundido, levanta la cabeza de la almohada y mira hacia la ventana con los ojos entrecerrados. Parece una maldita broma. Vuelve a enterrar la cabeza en la almohada y se cubre con el acolchado hasta la cabeza.

Pero una vez más escucha ruidos, ahora más perceptibles. Y comprende que no son truenos del exterior, sino que se trata de golpes dentro de su pequeño monoambiente. Ahora mirando en dirección a la sala y la puerta principal, se sienta sobre la orilla de la cama y espera volver a oír algo.

Unos segundos después los golpes estaban de vuelta. Reuniendo la poca energía para luchar contra la pereza de levantarse de la cama, el pelirrojo logra ponerse de pie y caminar hasta la puerta mientras despeina su cabello en el proceso y bosteza.

Al mirar por la mirilla de la puerta su ceño se frunce y la confusión nubla otra vez su mente.

Para cercoriarse de que sus ojos no le mienten, abre la puerta y se encuentra con la última persona que creyó volvería a ver otra vez.

—Hola —dice con su voz rasposa y acento natal—. Sé que es tarde y no debería estar aquí, pero... Hace frío afuera y no se me ocurre otro lugar a donde ir.

Yoongi parpadea dos veces. Aún confundido.

El pelinegro frente a él está mojado, desabrigado, temblando ligeramente. Trae un paraguas cerrado en la mano que gotea el suelo del pasillo, formando un charquito de agua.

—Por favor, tengo frío —súplica el menor, abrazándose a sí mismo con un brazo y mirando hacia el suelo. Se ve ¿Avergonzado?

¿Y acaso dijo por favor?

Todo estaba siendo demasiado extraño, pero Yoongi no era una mala persona. No iba a negarle un lugar donde resguardarse de la tormenta cuando parecía realmente necesitarlo.

—Entra.

Así que, se hace a un lado para dejarlo pasar. La confusión del primer momento se convierte en sorpresa, que disimula por su rostro somnoliento, porque la última vez que vio a éste chico fue hace dos semanas, y parecía ser definitivo.

Pero ahora Park Jimin estaba inesperadamente frente a él. Con su cabello negro goteando, la nariz rojiza, vistiendo una camiseta de mangas largas, un pantalón de pijama, y sus converse negras. ¿En serio salió a la calle con solo una camiseta? No le sorprende que esté estornudando ahora mismo.