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—¿Entonces volverá a rehabilitación? —Yoongi le preguntó a Seokjin desde el umbral de la cocina. El mayor preparaba la cena sobre la encimera, mientras ambos conversaban aprovechando la soledad del apartamento.

—Se evaluó la situación con los doctores en la clínica y decidieron que lo mantendrían en tratamiento por algunos días. Así que, sí. Ingresará mañana por la mañana —dice con una exhalación. Está preocupado y Yoongi lo nota.

—¿Por eso la cena?

—No, solo tenía ganas de comer Lasaña —una carcajada escapa de Jin—. Te invité porque a ti te gusta, y luego dices que nunca te invitamos. ¿Tenías otros planes para esta noche?

—¿Además de dormir? No, no tenía otro plan.

Había pasado un día desde que Yoongi hospedó a Jimin en su casa. Como Jin había dicho, llegó a su apartamento para ayudarlo con el estado febril de Jimin y luego de tomar los remedios que Yoongi compró se llevó al menor a la casa de Namjoon. Luego lo hicieron revisar por un médico pero todo parecía estar en orden una vez Jimin se había calmado.

Yoongi no tuvo noticias por el resto del día, hasta hoy, que Jin lo llamó para invitarlo a cenar.

—¿Te dijo algo sobre lo que pasó? —le pregunta Jin.

—Que ese tal Hoseok lo puso en aprietos y no tuvo otra opción más que regresar. Parece que lo busca la policía.

—Eso es porque Namie fue a la estación de policías a hacer una denuncia.

—Tal vez debio hacer eso hace mucho. ¿Sabes...? Creo que sería mejor intentar ser más comprensibles con Jimin a partir de ahora.

—Sí, he estado penando en eso. Intentaremos hacerlo mejor —a pesar de su caansacio sonríe—. Gracias por estar ahí para él, Yoongi-ah.

—No fue nada. Espero que haya aprendido la lección.

—Yo lo veo más tranquilo, hasta se disculpó con Nam e hicieron las pases —dice con una sonrisa emotiva—. Fueron a la tienda juntos ahora mismo. Eso no pasó nunca antes.

—Me cuesta imaginármelo. No quiero decir que me aproveché de él porque estaba vulnerable, pero solo así pudo responder mis preguntas. De otra forma me hubiera enviado a la mierda.

Seokjin lo mira con atención.

—Ya veo. ¿No se llevan muy bien tampoco, no?

—No, desde que me negué a apadrinarlo me ve como el insufrible y aburrido amigo de su hermano.

—Eso eres, sin embargo —se burla Seokjin.

—Sí, bueno, él tampoco es el ser más amable y sociable del planeta.

—Ya —Jin continúa riendo—. Pero fue a ti a quien recurrió cuando necesitaba ayuda. ¿Cómo sabía Jimin dónde vives?

—Uh, él estuvo en mi vecindario unos días antes de que pasara todo esto —Seokjin cambia su expresión a una más seria, y Yoongi no necesita decir mucho porque su mirada es suficiente—. Lo encontré mientras volvía a casa luego del trabajo.

—¿Entonces volvió a consumir incluso antes de irse a Busan? —el tinte de decepción raspando su voz.

—No lo creo, hyung, tampoco creo que haya vuelto a ese lugar —Yoongi recuerda a los tipos fortachones que los corrieron esa noche, donde al final Jimin no consiguió lo que quería—. Y si lo hizo ya no importa, no cambia en nada el hecho de que ahora volvió y demostró que será diferente.

Seokjin asiente, pero se ve que aún está pensándolo.

—¿Jimin tiene amigos? —pregunta Yoongi—. Además del traficante.

Broken | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora