39. no puedo perderla

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Valentina.

Odiaba este lugar.

¿No me podían dejar en un lugar decente, al menos? estos weones no conocen la palabra educación.

Me tenían en un sótano, la wea estaba súper cochina y hace rato me dieron un pan culiao todo duro. No pensé que esto sería cinco estrellas, pero igual.

Ese weon del Camilo ni se asomaba por aquí, él único que me había venido a tirar la pela era el Alejandro.

En teoría, el jefe legal era su papá. Supongo que no anda perdiendo el tiempo en secuestros menores.

Eso igual me ofende un poquito.

—Oye, Valentina.—me llamó el Alex, estaba bajando las escaleras del sótano.

—Por fin, weon te juro que nunca me había alegrado tanto de verte.—casi lloro de la felicidad.

—Toma, es lo único que te pude conseguir.—me dijo pasándome una hamburguesa.

—Te juro que con esto, enmendaste todos tus errores del pasado.

Te estarás preguntando, ¿qué wea está pasando aquí?

Y bueno...

✍︎ ✍︎ ✍︎

—Dime.

—Bueno...hoy, cuando mi familia se enteró de la muerte de esa weona de la Carla, el más afectado fue mi hermano.—suspiró.—Te juro que ese weon se puso como loco, tuvieron que darle unos calmantes para que se relajara.

—¿Ya...?—lo miré, confundida.

—Dijo que se quería vengar y weas, mi papá lo apoyó de inmediato.—se pasó las manos por la cara.—Andaban diciendo que te querían secuestrar, algo así como para un ojo por ojo.

—Mierda, esto ya no me está gustando.

—Ajá. Y bueno, me mandaron aquí para que yo lo hiciera.—sonrió, irónico.—Pero yo no quiero hacerlo, oye, yo no soy como ellos. Por un momento lo pensé, pero no encajo en ese mundo.

Yo me quedé mirándolo, se veía realmente sincero.

—Entonces...bueno, te quería proponer algo.—se puso serio.—Tú me acompañas, hacemos como que te secuestré de verdad y...

—¿Después nos revelamos?—ya me emocioné, esta wea era como una película de acción.

—Exactamente. O sea, mira de verdad yo quiero irme de ese mundo. Además, todas estas weas me superan. Siento que la legal son personas que no quiero tener en mi vida. Yo...no quiero terminar como mi papá.

—Te entiendo, oye.—le sonreí.—Estai haciendo las cosas bien, en el fondo...tú único error fue engancharte de mí.

—Ya, pero es que ¿quién no se engancharía de ti?—apretó los labios.—Bueno, será mejor que vayamos andando.

—Eso, eso.—salimos de mi casa.—¿Y mis papás?

—Tú tranquila, están en una linda segunda luna de miel a Paris.

—¿Tú les pagaste el pasaje?—abrí mucho los ojos.

quiero que seai tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora