Bella flor [Basil x lectora] -¿Cancelada?-

Capítulo 4

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—Tranquila, Basil no está a la venta por el momento, así que no hay ventas. —al escuchar la voz de Kel, abrió sus ojos como platos, y de inmediato se despertó.

—¡¿Kel?! —miro al chico adelante de el... Basil estaba parado con una sonrisa nerviosa.

—H-hola, ja, ja... —saludo Basil, de forma algo tímida y amable.

—H-hola... —mire a Kel. —¿Nos disculpas un segundo? —agarre a Kel de la oreja y lo arrastre adentro de mi casa y cerré la puerta —¿Por qué trajiste a alguien más?

—Dijiste que para la próxima podías.

—¡Pero me hubieras avisado! La primera vez que tu amigo me ve, y yo salgo media dormida y con pijama de gatos y perros. —dije mientras me deprimía.

—Relajate ______, es algo normal, no te preocupes. —me dió unas palmadas en el hombro. —A demás, los verdaderos amigos se encuentran siendo uno mismo.

—Suenas cómo esas de: "la magia de la amistad"... Aunque supongo que estás en lo correcto. —le sonreí.

—Soy genial dando consejos. Ahora ¿Que tal si le abres la puerta a Basil, antes de que piense que lo abandonamos?

—Tienes razón. —me acerque a la puerta y poco a poco la fui abriendo. —Lamento la espera... Puedes pasar ya. —me hice a un costado para que Basil pudiera pasar.

—Gracias.

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Estábamos los tres sentados en mi habitación con un ambiente incómodo. Sentía como mi cara se ponía cada vez más roja de la pena y.....

—Oye, dibujas muy bien. —dijo Basil llamando mi atención. —Kel me mostró un dibujo que hiciste... de mi ja, ja, ja. Lo tengo en mi casa. —mis ojos se abrieron grandes como un toper.

—Tiene razón ¡Dibujas muy bien ______! —mire a Kel con el ceño fruncido.

—A si que ¿Kel te mostró mi dibujo? —yo ya estaba planeando mi venganza, y Kel ya estaba completamente nervioso y tartamudeando.

—Si. Realmente dibujas muy bonito. Se nota que tienes mucho talento. Yo no creó poder dibujar así. —me di vuelta y suavice mi expresión.

—Muchas gracias por el cumplido. Pero todos con práctica y esfuerzo podemos llegar a dibujar. —apoye mi mano en su hombro, sentí como se tensó levemente. —Kel me contó que te gustan las plantas.

—Ow... emm... si.

—Bueno... La última vez que me regalaron una planta tenía cinco años, y la ahogué sin querer. —dije en un tono triste, realmente recuerdo que eran mis flores favoritas, y yo de estúpida las ahogué. —Supongo que era muy pequeña para cuidar bien de una planta.