Mentiras.

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                             | Final |

—¿Qué más dijo?
—Solo eso que llevaba un tiempo interesada en Daniel y que haría lo que sea por salir con él ahora que estaba libre. — murmuro como estocada final al ver al pelinegro fruncir el ceño, todo había salido tal como lo había planeado —

Con desgana y con ayuda de Becky se había incorporado fuera de la camilla, se dirigían a la puerta principal de edén, por fin podía ir casa, le hubiera encantado decir que ahí podría desahogarse cómo quisiera, pero tampoco podría sus padres comenzarían con mil y un preguntas qué no respondería. Becky se había ofrecido a hacer una pijamada en su casa para que pudiera descansar, pero se había negado.

—¿Segura Anya? No tengo ningún problema en qué te quedes en casa está noche— mencionó estando a su lado—.
—No es necesario Becky —respondió con la mejor sonrisa que tenía en ese momento— Hare que…
—No te molestes Becky seguramente estará en la habitación de Daniel. —no fue su voz lo que la hizo congelarse sino fue lo que inquirió—
—¡Damian eres un idiota! —le contesto de inmediato Becky —
—Déjalo Becky es tarde. —intento avanzar, sin embargo, el agarre de Damian fue más rápido —
—No irás a ningún lado, me debes una explicación.
—Ya no son novios, deja de decir estupideces — le gritó su amiga para que la soltará —
—Damian basta, por favor —dijo desgana—Ha sido suficiente— colocó la mano sobre la suya. Debía manter la calma, cualquier comentario o mirada la harían llorar un mar de lágrimas —
—No Anya aún no, merezco una explicación sobre esto—su fuerza los hizo a ambos parar el paso para así mirarse. —

La que antes era su novia tenía la sombra de lágrimas secas en las mejillas, la mirada apagada y el cabello revuelto hecho un caos, era como si toda ella la hubieran apagado, si el amor de su vida se veía así ¿Que podía esperar de él?

—Creí que ya habíamos dicho todo—se soltó de su agarré. No sabía cómo se veía, pero se sentía terrible en cambio Damian tenía fuego en la mirada que hacia juego con el tono carmesí que había adoptado su piel, pocas veces lo había visto así.—Es tarde debo irme.
—Soy Damian Desmond, sabes quién es mi padre, quién soy yo en este país, te amo como un loco, cualquier cosa que tú me hubieras pedido habría hecho lo que sea por hacerlo, solo bastaba con que lo dijeras, solo debías decirlo—susurro con voz débil — ¿Qué te puede dar él que yo no?
—Damian es suficiente —si continuaba mirándolo a los ojos muy seguramente diría todo, lo mejor sería retirarse de ahí ahora que aún podía —
—Si tanto deseabas ir a esa cena ¿¡Por qué no me lo pediste!?—grito la última oración desesperado—
—Por qué, por qué —podía decirle la verdad, pero solo traería más problemas—
—Anya habla.
—Déjalo ya Damian, se acabó. —susurro sin miramientos—Debo irme, es tarde y mis padres me esperan— intento caminar junto con Becky la cuál continuaba solo mirándolos, pero un nuevo agarré no se lo permitió —
—No te irás hasta que me des una explicación.
—No te debo nada, ya no somos nada ya que tú lo decidiste así, ahora suéltame.

—No lo haré.
—¿Quieres oír la verdad? Bien mis padres te odian, no quieren que me relacione contigo. Imagínate como les caería la noticia de que éramos novios
—¿Qué? —las palabras caían peor que un balde de agua fría —Ni si quiera me conocen—la miro con confusión—
—Pero conocen a tu padre—dijo rendida—Por eso te pedí que mantuviéramos la relación en secreto
—¿Tu también piensas lo mismo?
—Es tarde, debemos descansar. Adiós Damian.

Se sentía triste como la luna que estaba escondida entre un par de nubes. Había faltado algunos días a la escuela claramente su padre no permitiría eso, pero hasta él se había dado cuenta de su desánimo no era mentira se sentía mal, pero la haría sentir aún peor ver a Damian. Sabía por Becky que él estaba aparentemente igual que siempre, claro no se podía permitir fallar así era él.

Damianya One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora