Reuniones de rutina

594 43 3
                                    

Dio una gran bocanada de aire instintivamente, antes de dormir se sentía cansada, mareada y la sensación de punzadas en el pecho. Se dejó caer en la cama nuevamente aquella última platica que había tenía con su esposo la había dejado un tanto intranquila, podría ser que estuviera exagerando un poco, pero aún así.

-No tienes de que preocuparte son reuniones de rutina, volveré en un par de días -tomaba un poco de café mientras la observaba-

-Lo sé, es solo qué...

-He ido a miles de estás reuniones, no hay de que preocuparse.

-Lo sé, es qué - jugueteo con su anillos-

Tenía razón era reuniones de rutina, se lo había dejado en claro antes de irse. Debía olvidarse de eso -respiro hondo acurrucando se más hacía la almohada de Damian- pronto estaría aquí.

Eran cerca de las once de la mañana, con el insomnio que tuvo anoche tenía una facie cansada, la piel más pálida de lo usual y color negruzco adornaba en la parte inferior de sus ojos, a pesar de sentirse ligeramente más tranquila, aún no podía librar de esa clase de pensamientos. Debía guardar la calma sino se volvería loca.

Era como si su alma hubiera dejado por un segundo su cuerpo, no, no, no, Damian no podía estar muerto, si tan solo dijo que lo vería en unos días. Y ahora habían venido a decirle que estaba muerto. Nada de eso tenía sentido, debía ser una pesadilla una horrible pesadilla de la cuál no podía despertar ¿Ahora como iba a vivir?

-¡¿D-De que esta hablando!?-grito con la poca voz que tenía -

-Lamento ser yo quien le de la noticia señora Desmond, lo que ocurrió es que...

Su voz fue sustituida por su llanto y un sonido agudo en cabeza. Había perdido a Damian, si tan solo le hubiera dicho no asistiera por esta ocasión, pero ¿Él la habría escuchado? Seguramente no, ya se lo había dicho eran reuniones de rutina...

-Perdona apenas y me dejaron pasar.

Esa voz. Su voz. Él para nada lucía como Damian, pero era él.

-Tú maldito- gritó, sellando su mano contra su mejilla-Te odio tanto. -lo abrazo como nunca antes en la vida y lloro-.

-Salí del infierno para volverte a ver y así me recibes.-se aferro a ella-

-Eres... te odio...- hablaba entre sollozos- Jamás vuelvas a hacer cosas tan estúpidas como estas, que fue lo que-se separó para mirarlo- No necesitarás fingir tu muerte, yo misma te mataré - sentenció con fuego en la mirada-

-Perdóname, solo quería que estuviéramos a salvo. Se que me odias, pero debe ser bueno ¿No? -intento reír - sería malo que no te hubiera importado.

-Te odio tanto en este momento que quisiera pedirte el divorcio.

-Hoy no, déjanos descansar por hoy, tal vez mañana sí.-la atrajo hacia él una vez más -Pero hoy déjanos descansar, mañana intentaré persuadirte para que perdones a este pobre idiota que te ama con locura y quieras estar con él por un poco más de tiempo. Hoy seamos felices.

-Me muero por besarte, pero verte así-tocaba los mechones rubios-No te pareces a nada a mi esposo.

-No te preocupes yo sé que él no se enojara si lo haces- sonrió pegando sus labios a los de ella-.


Holaaaaaa, espero que les haya a gustado denle ⭐ y comenten. Gracias. No olviden leer la otra historia Deja vu que también es Damianya
-H.

Damianya One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora