Con la puerta entreabierta para que la luz iluminé tu corazón.

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AU

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Eran cerca de las 4 debía de ir a su ultima asesoría del día. Necesitaba ponerle mayor entusiasmo sino su padre la regañaría de verdad. Ya tenia dos materias salvadas; Química y física. Realmente se había esmerado por entender los temas, sin embargo en cálculo parecía que todo estaba perdido —resopló — ¿Por que simplemente no podía hacer los ejercicios y ya? ¿Se estaba confiando por su posición? Uhm —aquella palabra la había hecho sonrojarse por completo — Ahí estaba su respuesta del porque no solo podía hacer los ejercicios ¿Era casualidad que el profesor, hubiera puesto la última asesoría disponible en esta hora? Tal vez —suspiró, estaba a pocos pasos del aula donde pasaría un muy buen rato— Aliso la falda de su uniforme con la palma de sus manos —hace un rato había pasado al baño para cambiar su falda por este que era significativamente mas corta— y que decir de su ropa interior

"Deberías de usar el color rojo, haría un contraste maravilloso con tu piel"

El recordar sus palabras le hizo erizar la piel y un tenue calor se hizo presente en su centro.

Tomo aire, casualmente su ropa interior era rojo intenso, no quería admitirlo pero amaba complacerlo hasta en las mas mínimas cosas. Dio el ultimo paso para estar frente a la puerta y fue consciente del sudor de manos y el calor líquido de su entrepierna ¿De verdad el solo pensar en él la ponía así?

Giro el picaporte y entró. Ahí estaba el hombre que le robaba cada suspiro, su perfil con facciones finas le robó el aliento, su camisa blanca arremangada hasta los codos y su cabello ligeramente desarreglado. Con las manos aún en el picaporte con extremo cuidado colocó el seguro, lo hacía mas por seguridad que por otra razón, ese horario en Edén en ese edificio no había sido casualidad sino que no había nadie, absolutamente nadie.

—Buen...

Fue interrumpida por una voz grave.

—Llegas tarde. —dijo sin mirarla—Debo mandar la calificación de los exámenes extraordinarios, pero—continuaba con la vista al ordenador—Aún me hace falta una—suspiró exhausto —

Hablaba de ella.

Se retiró sus lentes de vista cansada y refregó la palma de sus manos en su cara con un gesto de agotamiento —resopló— tiró ligeramente de su corbata color rojo. Caminó hacia ella y con menos de un paso de distancia susurró sobre sus labios.

—¿Por que llegas tarde?—dijo en tono duro—
—Yo-yo—le encantaba esta faceta suya—La asesoría de física tomo mas de la cuenta—soltó sin más —
—Me estas diciendo que también tomas esta clase de asesorías con otros profesores—pego sus labios hasta su oreja, aquel acto había hecho que se le erizara la piel—
—No-No—dijo con el poco aliento que aun tenía
—¡Segura que no!

Y sin previo aviso metió ambas manos debajo de su falda a lo que ella respondió con un chillido de excitación y acuno sus manos sobre sus nalgas, aquel tacto la derritió y la excitó en un segundo.

—Uhm—dijo con voz ronca apretando y refregándola con sus manos—Tu falda es muy corta Anya.—dijo en tono serio—
—¿Le-Le gusta?—murmuró con timidez—
—¿La usas para provocar a otros profesores?
—No, no—respondió de inmediato con tono firme.

Quitó una de sus manos de debajo de su falda y la dirigió hasta su cara para tomarla de ambas mejillas presionándola.

—Mas te vale.

Damianya One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora