Triangulo Amoroso

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                          Parte III.

                      10 años después...

—Es tarde ¿Dónde vienes?
—¿Por? —Rayos al parecer había olido sus ganas de no presentarse—
—Damian.
—Estoy cerca—respondí sin más —

¿Qué dijo? ¿Dónde viene? Escuchó aquella voz de fondo en la llamada.

Dijo que estaba cerca le respondió Emile

—¿Cerca de dónde Damian?
—Oh no—rodó los ojos—¿Me escuchas? ¿Me escuchas?—comenzó a decir en un tono más alto—
—Si te escucho ¿Tú me escuchas?
—¡Si tu me escuchas yo no te escucho!

Y termino la llamada, era tecnología, estaba diseñada para fallar ¿No es así? —rio para sí — Becky lo conocía muy bien, dijo que estaba cerca mas nunca dijo de dónde o de que.

Adoraba a sus amigos, sin embargo hoy era uno de esos días en los cuales no le apetecía verlos, solo deseaba estar en casa y descansar un rato.

Dio un respiró largo y prosiguió a continuar su camino, pasaba por uno que otro escaparate de tiendas lujosas, el otoño estaba tocando la puerta y la ciudad entera lo sabía. Su mirada se centró metros más adelante una figura realmente curiosa llamo su atención, la tienda era una combinación interesante entre ropa y artículos antiguos, bueno tal vez esa era la explicación del por qué había un grifo en el escaparate, una sonrisa escapo de sus labios al mirarlo.

—¿Realmente habrán existido?
Un susurro a su lado llamo su atención
—Seguramente sí —respondió en el mismo tono y sin mirar a la persona a su lado.

Centró su atención al reflejo frente a él intentando descifrar los rasgos de aquella persona, pero era un poco complicado, el fondo de atrás del cristal no lo hacía más fácil.

—Tiene razón —soltó una tenue risa.

De no ser porque su mandíbula estaba pegada se habría caído, intento disimular lo más posible, pero le fue imposible.

—Anya—dijo cortando el medio paso de distancia que los separaba. La miró interrogante sin saber que decir. — Soy yo Damian ¿Me recuerdas?
—¿Damian?
—Si, soy yo ¿Me recuerdas? —su corazón dio un vuelco —
—Lo-lo lamentó, creó que se está confundiendo.

Avanzó unos pocos pasos hasta que el agarre de Damian la hizo detenerse.

—Eres Anya Forger ¿No? —preguntó, aunque él no necesitaba su afirmación —.
—Sí-sí—tartamudeo—Pero yo no sé quién eres.
—¿Qué? —la miró confundido—Estuvimos juntos en Edén ¿Lo olvidaste?
—¿Edén? —lo observó intentando recordar lo que decía —¡Ah! Eres Damian.
—¡Sí! —alzo la voz más de lo necesario —
—¡Claro! Te recuerdo —sus palabras hicieron que se le iluminarán sus ojos—Eras un chico unos grados mayor ¿Cierto?—una de sus manos se acercó hasta tocar su mejilla suavemente — Te ves diferente— susurró ladeando la cabeza—.

Su acto le hizo tomar un ligero tono carmesí en las mejillas—la chica se percató y alejó la mano, como si aquel tacto le quemará la palma y negó con la cabeza después de una risa nerviosa —. Pero que… ¿Un chico unos grados mayor? ¿De que hablaba?

—¿Qué? No, no, no—el brillo en sus ojos se apagó al igual que el sonrojo. Algo estaba mal. —Íbamos en el mismo curso, la misma casa…
—Damian—cerró los ojos diciendo su nombre casi como una caricia, como si con ese acto le hiciera recordar —Lo siento—los abrió de golpe —Debo irme.

Camino a paso acelerado ¿Qué había sido aquello? Su tacto, el escucharlo pronunciar su nombre y aquel montón de recuerdos desordenados que le había dado su mente.

Damianya One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora