Triangulo Amoroso

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                           Parte IV

Tenia la mirada pérdida en la taza de cocoa que Anya había dejado intacta hace un rato, jugueteaba con la poca ginebra de su vaso que había remplazado al cappuccino de la tarde.

—Entonces de verdad perdió la memoria —escucho la voz de Becky que corto sus pensamientos a lo cual solo afirmó con un fino movimiento de cabeza—No, no, no, no.

La escuchó decir a lo que él no se inmutó.

—Damian conozco esa mirada y estas bebiendo ginebra, lo que sea que estés pensando olvídalo.
—No estoy pensando nada—dijo con sorna—
—Damian que estas planeando.
—Nada—sonrió —
—No saldrás de aquí hasta que me digas que pasa por tu mente.

Rodó los ojos y respondió.

—Voy a hablar con ese cabrón.
—¿Qué? No sabes ni si quiera donde esta o que hace, no tiene sentido lo que dices—la interrumpió el sonido de notificación del móvil de él y la sonrisa que tenia se había ensanchado más —
—Corrección no sabia dónde estaba ahora ya lo sé — guardo si móvil en el saco—
—Entiendo que quieras hacer algo, debe ser frustrante el que se haya echo pasar por ti, pero ¿Qué arreglaras al hablar con él? Debes ser paciente, ya hiciste demasiado al decirle todo esto a Anya y no seguir con la recomendación de los médicos.
—¡Ya fui paciente 10 putos años!—gritó —y me importa una mierda lo que digeran los doctores—dio un golpe con ambas palmas sobre la mesa—Ese hijo de puta ¿Le puede mentir y hacer lo que le plazca? Por que carajos no puedo yo—se tomo del cabello con enojo—Becky —lloriqueo —
—Damian—dijo en un suspiro debía apoyarlo era su amigo, pero la idea de que Steven le planteará todas esas cosas a Anya al punto de que cambiará sus recuerdos sonaba tan descabellada.—Lo que sea que hagas debes de tener cuidado, no te pongas en riesgo ¿Esta bien?—se incorporo, coloco una mano en su hombro—.Es tarde debo irme ¿Quieres que te lleve a casa?—Negó —Avísame cuando llegues ¿Sí? —afirmó mirándola a los ojos—Y por cierto—dijo centímetros delante de él dándole la espalda —Calma un poco esos pensamientos, ya te estas pareciendo a alguien que no te cae muy bien.


El escuchar esa comparación con su persona menos favorita le hizo resoplar, estaba cansado no solo físicamente sino mentalmente también, quería dormir y despertar lejos de esta pesadilla. Bebió lo restante del líquido en su vaso, no podía desperdiciar un ginebra tan buena y como autómata camino hasta su auto donde el chófer esperaba, sabía que seria una noche larga hasta que hablara con Ordax.



Tenía una sensación extraña, estaba cansado y ansioso, la noche anterior  apenas y pudo dormir un poco, le dolía la cabeza y se sentía irritado, en general ese era su estado de ánimo de toda esa semana



Ya había esperado suficiente no le importaba lo que le haya dicho Anya igual ella ya pensaba lo peor de él.

—Espera aquí afuera—le dijo al chofer—No tardaré.

Bajo y miró el insípido edificio de la micro farmacéutica que se aferraba a salvar Ordax —bufó para sí— Era claro que no podía saber lo que era un mal negocio. Subió los escalones con premura. No tenía caso esperar más para encarar a ese tipo, ya había hablado con Becky,  sabía que no tenia caso, pero igual debía hacerlo. Se encamino hasta lo que parecía ser su oficina y la que pensaba que era la secretaria seguramente no lo dejaría pasar.

—Buen día —le sonrió con amabilidad —¿Tiene cita con el señor Ordax?
—No, no se preocupe el hará un espacio para mí, igual no creó que tenga algo más importante que hacer—susurró eso último para sí. Se dirigió hacia la puerta de la oficina—
—No, no señor no puede pasar—se levantó de golpe intentando detenerlo—El señor Ordax está ocupado ¡Llamare a seguridad! —gritó observando que había girado el picaporte—Disculpe señor Ordax e-el entro así sin previa cita y…
—No te preocupes Andrea, déjanos solos. ¿A qué debo el honor?

Se encontraba sentado como si nada pasará, como si no hubiera hecho nada, estaba casi igual a como lo recordaba estatura media, cuerpo fornido y esos malditos rasgos que sus amigos habían dicho qué era por lo que Anya le hizo caso, ese detestable cabello rubio a juego con ojos azules y como alguna vez escucho a algunas chicas de un curso diferente, atractivo, pero él no creía eso, solo era una persona común un pobre don nadie
—¿Qué hhabía pensado?  Era verdad y como había dicho Becky, estaba hablando como padre, hasta se había expresado como él—


—Quita esa puta cara de sorpresa, como si no supieras lo que haces.
—Damian sino hubiera asistido al mismo colegio que tu, juraría que no tienes educación—dijo en tono sarcástico —Dime ¿Qué necesitas?
—No me digas que estas tan ocupado buscando un plan para que el barco no se hunda, más de lo que ya lo está —debía mantenerse sereno, pero no podía —¿Estudiamos en el mismo colegio?
—Déjame adivinar porque estás aquí, Anya me dijo qué, uhm, como decirlo, que la has estado molestando—le sonrió con malicia— ¿Es por lo que estas aquí?
—¿¡Qué le hiciste desgraciado!?
—Yo, yo no le hecho nada Damian, se llama amor—le sonrió con malicia —
—¿¡Qué le hiciste!?—gritó —Le hiciste creer toda esa mierda de que todo lo que vivió conmigo fue contigo
—No sé de qué hablas Damian, yo no hice nada. —mencionó con incredulidad fingida—
—No me vengas con eso, me contó todo
—Está bien, está bien—rio—Me declaró culpable —levanto las manos al aire —Me rindo, pero, aunque te lo diga igual no podrás hacer nada—rio con sorna—Entiende Damian perdiste. Antes te consideraba un rival, alguien digno, pero tan solo mírate, no eres más que un fracaso para la familia Desmond—escupía cada una de sus palabras con odio—Tanto que tu padre ni si quiera confío en ti para dejarte como líder del partido, sino que se lo dio a tu hermano, no confío en ti ni si quiera para darte un puesto regalado.
—No sabes nada sobre mí y mi familia.
—Se lo que todos, que eres una decepción. Tú crees que Anya quisiera estar con un sujeto como tú, una vergüenza para el país

Había escuchado suficiente de las estupideces de Steven, pero el continuaban con su discurso estúpido y egocéntrico.

—Sí le hice algo ¿Y qué? ¿Cuál es tu puto problema con eso? Si estabas tan enamorado de ella como presumías, jamás vi que movieras un dedo por buscarla o saber algo sobre ella. Todo esta dicho Damian. Acepta que perdiste y retírate de mi oficina ¡Lárgate! —gritó —
—Me iría si supiera que esto es auténtico, pero solo le llenaste de mentiras la cabeza.
—Te repito ¿Cuál es tu puto problema con eso? Tuviste tu oportunidad y fallaste, déjanos ser felices. —se levantó de su silla y chocó las palmas en el escritorio generando un estruendo— Ya no estamos en Edén,  Damian, donde podías creerte el amo y señor de la escuela, este es el mundo real o dime ¿Qué harás? ¿Iras corriendo a los pies de papi? O ¿te meterás debajo de las faldas de tu madre? —le escupió con despreció — O le lloraras atención a tu hermano ¿Dime que harás? —escupió con cólera sus palabras —



Odiaba hacer esto, hace años que se presentaba simplemente con el nombre de Damian, pero él no solo había sobrepasado el límite, se había atrevido a tirar mierda sobre él y su familia.

—Parece que se te a olvidado quién soy yo—dijo en tono firme imitando su acción de colocar sus manos sobre el escritorio — Así cómo lo dijiste puede que yo no tenga un cargo en el partido de unidad nacional que por si no sabías siempre a estado mi familia, sino estoy es por que no me apetece—dijo con desinterés —Pero sin importar eso sí quiero puedo destrozar la felicidad que creaste sobre mentiras, con un chasquido puedo hacer lo que yo desee en este lugar y que te quede claro Steven ¿Y sabes porqué? Porque soy Damian DESMOND—se irguió, para que pudiera notar la diferencia de estatura que existía entre ambos—Disfruta tu felicidad momentánea Steven, por que creó que no durará mucho.

Dicho eso tiro los pocos papeles que había en su escritorio y con la mirada desafiante le susurro;

—Porque no pides una asesoría con nosotros tal vez no podamos salvar esta porquería de intento de farmacéutica, pero podemos comprarla a un buen precio.


Era cierto, lo había admitido en su cara le había hecho algo a Anya —bajo con rapidez los escalones de aquel lugar— Debía buscar hablar con Anya, según el informe que había leído ayer sobre Steven era errático e inestable. Las pocas veces que había visto a Anya tenía moretones en el cuerpo y estaba muy delgada ¿Él era violento con ella? ¿El perder la memoria le había hecho perderse a ella misma también? ¿Sus padres no hacían nada? Mil preguntas se formularán dentro de su cabeza a la cual no tenía ninguna respuesta.  Ya le había indicado al chófer la dirección de la escuela donde trabajaba Anya —miro su reloj— era cerca de la una ya estaba por salir.

Entro a la calle dónde se ubicaba la escuela y no se equivocaba por la ventana podía observar a diversos niños con el uniforme, seguramente Anya también estaba saliendo.

—Ve lento—le indicó.

Su mirada iba y venía de cada una las personas que pasaban…

—Para, para—sin esperar que se detuviera abrió la puerta del coche y bajo.


Camino a paso acelerado yendo detrás de Anya

—Anya—gritó  estando a unos pasos de ella—Anya espera—dijo estando a un lado de ella.
—Damian esto fue error, perdona todos los inconvenientes que has tenido—caminaba más rápido de los usual, no podía ver a Damian, al menos en esas condiciones no podía—
—Anya espera—llego hasta su lado con tan solo dos zancadas. La tomo del hombro para que se detuviera —
—¡DAMIAN! —gritó por su tacto, le dolía mucho, no sólo el hombro sino todo el cuerpo—¡Ya basta!

Se giró hasta estar frente a él.

—¡Anya! ¿¡Qué te pasó!?—la miro horrorizado, por el agarre de hace un momento la blusa se había desabotonado, pero eso no era lo que importaba, sino que una mezcla entre verde y morado adornaba desde el hombro, el brazo y parte del pecho. —¡ANYA RESPONDÉ! ¿Qué ocurrió?
—No te incumbe—jalo con violencia la tela hasta hacerle cubrir el hematoma—¡Aléjate Damian! No quiero verte.
—Anya no, no ¿¡Qué pasa!?
—¿¡Qué que pasa!?—grito. Nunca la había visto así —¡Pasa que me mentiste, eso pasa!—continuaba gritando sin detener el paso—
—Por favor explícame—caminaba a su lado intentando entender de lo que hablaba—
—Solo estas intentando meterme ideas equivocadas de Steven y, y, y—se tropezaba con sus propias palabras —Y dices que tu y yo intentábamos algo, pero, pero solo son mentiras.
—Anya jamás te mentiría —intentaba mantener un tono tranquilo, no había gente a su alrededor, pero cualquier momento podría estarlos viendo—
—Damian, hable con Steven, se que me dijiste que no debía a hacerlo, pero no se si puedo confiar en ti, ya que vienes y me hablas de que tu y yo estábamos teniendo algo, que me fui, que estábamos teniendo una relación maravillosa, pero yo no recuerdo, debía contárselo a alguien.
—¿Y ese alguien es Steven?
—¡Damian entiende es mi prometido! —gritó parándose frente a él —y tú,  tú…
—Alguien que vino de la nada ¿no?—la interrumpió —tuvo miles de veces esta conversación internamente sabia que este momento llegaría eventualmente, sin embargo no sabia que le dolería tanto—Por favor dime—se acerco hasta ella y la tomo de las mejillas—¿Qué puedo hacer para que crees en mí?

Con lágrimas en los ojos solo atinaba a negar con un movimiento ligero de cabeza.

—Damian quisiera creerte, pero no puedo recordarte por más que lo intento y me esfuerzo —susurraba entre lloriqueos—
—Anya, ahora no me importa si crees en mí o no, tan solo mira como tienes el cuerpo. Se que no confías en mí, pero no entiendo cómo es que puedes confiar en el idiota de Steve, ve lo que te ha hecho, déjame adivinar te tropezarse con cada una de tus propias excusas que usas para justificar el trato que te da ese imbécil ¡Yo no te mentí! Jamás haría eso—sabía que debía mantener la calma, pero ya no podía —Ya te lo dije Anya, todo lo que digo es verdad o dime si yo soy el mentiroso, porque es él, el que te golpea.

¿Qué podía decirle? Intentaba mirarlo, pero el cúmulo de lágrimas en sus ojos se lo impedía, quería hablar decirle algo, pero no podía refutar ante la cantidad de argumentos que le había dado Damian y no solo el, Becky también. Después de reunirse con ellos decidió preguntarle las cosas Steve y como lo imaginaba no saldría bien y muestra de ello era los moretones que presentaba en su cuerpo.

Sintió los brazos de Damian estrechandola, el sentimiento le era familiar.

—Perdóname Anya—le susurraba en el oído—Es solo qué quiero que te des cuenta de lo que pasa en realidad—acariciaba su cabello.

¿Necesitaba más pruebas de algo? Las cosas no podían ser más claras, si Steven era tan bueno como decía ¿Por qué la golpeaba? ¿Por qué le prohibía tener amigos? Esos segundos de retrospección habían sido lo suficiente para que la venda que tenía callera. Era cierto de un tiempo para acá, mejor dicho, desde que salía con Steven —le grito su mente— la vida ¿Le iba mal? No tenía amigos, había peleado con sus padres al punto de no tener comunicación con ellos, su vida se había centrado en alguien que era un abusivo y ella lo dejo sin más, lo dejó destruir su vida, pero ¿Por qué?

—Perdóname Damian—balbuceo—
—Perdóname tu a mí por hablarte así.

Becky se lo había dicho, debía ser amable y en este momento había perdido el control y le había hablado horrible.

Negó con la cabeza separándose del abrazo que ya habían mantenido por un buen rato.

—No digas eso—limpió algunas lágrimas de su mejilla—Desde el día que nos vimos fuera de esa tienda siempre has sido amable—intento sonreír —Debo irme Damian
—¿A dónde iras?
—Debo resolver esto, voy a enfrentar a Steven, le diré que se quede con su puto anillo y sus mentiras.
—No puedes ir sola
—Además —siguió ignorando su comentario —Tengo cosas importantes en el apartamento. —pensó en la caja empolvada que estaba en su armario con los mejores recuerdos de su infancia.
—Déjame acompañarte, no es seguro ir sola. Steven es un enfermó. Déjame ayudarte.
—Subiré contigo.
—No, está bien si me esperas aquí, son pocas las cosas  que traeré así que no tardaré— le sonrió—

Dijo que no tardaría llevaba ahí cerca de media hora, esperaba fuera del auto ¿Estaba mal si subía? Claro que no, sin embargo, debía tomar sus precauciones.

Su mirada viaja de entre las puertas  buscando el número 55. 49, 50, 51, 52, 53, 54, 55 bingo. Apresuro el paso, sin embargo, paro de golpe al mirar la puerta entre abierta ¿Anya se había ido? ¿Lo había dejado así sin más esperando como un tonto? No, no, no.

—¡YA CÁLLATE! —aquel grito lo trajo a la realidad—¡QUE TE CALLES!——escucho otro grito seguido de un golpe


—Tan fácil pudo ser seguir con nuestros planes de boda.

Se acerco a la puerta para mirar. La escena frente a él, fue de lo más surrealista; Anya estaba atada a una silla, el cabello revuelto, su tez blanca ahora era multicolor predominando el violeta la mitad del rostro lleno de sangre.

Se sujeto del marco de la puerta, debía respirar, debía calmarse.

—¿Era tan difícil? —dijo seguido de terminar de amordazarla—Te di todo maldita sea—le toco las mejillas con violencia —Hice todo para que pudiéramos estar juntos, te separe de tus padres, pague un psiquiatra para que te hiciera mil y una regresiones,  pague medicamento por ti ¡Por nosotros!—volteo sus rostros con un golpe—Fingí ser el estúpido de Desmond sin serlo ¡MALDICIÓN! —acerco su rostro tanto como pudo al de ella— ¡QUÉ CARAJO DEBÍA HACER PARA QUE ME AMARAS PERRA!—y como si se tratase de un saco de box propinó tres golpes más —Perdóname Anya—acaricio su rostro con desesperación—Pero sino me amas debo encargarme de ti.—sus quejidos se hacían presentes—.

Debía hacer algo ya, pero como lo temía Steven tenia una arma en la mano derecha, debía pensar muy bien cuales serian su próximo movimiento —respiro hondo, como jamás lo había hecho en la vida— Había sido suficiente toda su vida había sido un cobarde con cualquier cosa referente a Anya.


—Shhh—Le susurro Steven con los labios pegados a su mejilla—

Mierda, él iba a hacerlo, de verdad iba hacerlo. Cerro los ojos y automáticamente vinieron a su mente recuerdos con sus padres, la primera vez que conoció a Loid, cuando hizo que su aún no madre le ayudara en la misión a su padre, el examen de ingreso a Edén, la noche en que por fin había terminado la operación Strinx, cuando comenzó a tener una familia de verdad, el último día que había asistido Edén y había visto a Damian. Su vida pasaba en flashes cada vez más rápidos.  Su vida fue buena; tuvo una familia increíble—respiraba hondo y lloraba, tenía la cara húmeda no sabía si era a causa de las lágrimas o era la sangre por tantos golpes que había recibido ¿Lo mejor habría sido nunca encontrarse con Damian? O ¿Lo mejor hubiera sido no enamorarse de él?


—Es una lástima —sin tapujos ni titubeos coloco el revolver frente a ella—De verdad me gustabas tanto—

El eco del disparo resonó y lleno cada parte de la habitación. Todo iba a estar bien —le susurro la voz de su interior — Así continuo con los ojos cerrados y clavándose las uñas en sus manos, el palpitar de su corazón le hizo saber que seguía aquí. El estruendo le hizo abrir los ojos, no podía dar crédito a lo que pasaba, Damian estaba encima de Steven forcejeando por el arma, su cuerpo se tenso.

Damian dio tres golpes a Steven lo cual lo hizo que se quedará tendido en el suelo, miro el arma y con el pie la aventó debajo del sofá—

—Todo estará bien Anya—con rapidez se acercó hacia donde ella estaba para comenzar a desatarla—
—Aún no Damian, aún no.

Los ojos horrorizados le hicieron saber que se encontraba detrás de él, con un gesto hábil se arrastró hasta el otro lado de la habitación, solo debía entretenerlo un poco más, la policía no debía de tardar.

—Steven esto se trata de ti y de mí, dejemos a Anya fuera de esto—dijo en la esquina de lo que había sido la estancia —
—Si tú quieres—dijo sin más, sacando un revolver pequeño de uno de sus bolsillos apuntando a su dirección, por reflejo se tiro al piso escondiéndose detrás del sofá de dos piezas.

¿De dónde carajo había sacado otra arma? No importaba debía hacer algo ya, con plena conciencia de lo que podría pasar salió de su pequeño escondite y se abalanzó contra él, había sido suficiente de esta mierda.

Aterrada Anya miraba la escena pelear con un arma de por medio era peligroso. Como pudo comenzó a desatarse, sintió el ardor en sus manos, tal vez ya tenía algunas uñas rotas, pero eso no importaba debía ayudar a Damian. Termino con las manos debía seguir con las piernas, se apresuraba, pero su fondo de golpes con quejidos por parte de ellos solo la hacían equivocarse, solo faltaba su pierna izquierda, solo un poco más, listo. Eran cerca de 4 pasos lo que lo separaba, sin embargo, sus manos habían sido muy lentas y las de Steven habían sido absurdamente rápidas, el tercer estruendo lleno la habitación.

—¡No! ¡No! ¡No! —gritó tirada a los pies de ambos y sin pensarlo tomo lo quedaba de aquel jarrón tan horrendo, uno de esos que le había dado Steven cuando se disculpa después de haberla golpeado.—Aquí están tus putas disculpas—Tal vez con los primeros dos golpes habría sido suficiente, pero no podía arriesgarse y tal vez solo tal vez en eso golpes estaba todo la ira que había estado acumulando, sonrió para si, lo inspeccionó de arriba abajo no había nada, no tenia nada, eso solo significaba que…

—¡Oh no! —dijo en un gritó ahogado —Damian—Se coloco aún lado de él. Había recibido el disparó —Todo estará bien Damian ¿Me escuchas?
—Si—dijo en tono bajo.

Con premura comenzó a quitarle su cinturón, debía hacer un torniquete hacer algo, al parecer le había dado en el costado derecho, eso era malo, lo sabía.

—Todo estará bien Damian—sin pensarlo dos veces se quitó su blusa y la colocó en la visible mancha de sangre, prosiguió a colocar el cinturón—Pronto llegará alguien ¿está bien? —peleaba por retener las lágrimas
—Oye—le susurro mirándola —
—No hables por favor—le acaricio la mejilla. Miro a su alrededor y a pocos centímetros estaba su bolso—Llamaré a la ambulancia.
—No—tomo su mano entré las suyas—Aún… Aún —su voz era entrecortada—Me de…bes algo—dio un gran respiro — ¿Lo-lo recu-erdas?
—No—mintió—Necesitó que no te esfuerces por favor.
—¿No lo-lo recu-erdas? —la miro con desilusión —
—Damian.

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Holaaaaa actualización super temprano sino no me da tiempo jajajaja definitivamente este capítulo tiene 400 palabras menos 🥴 de nadaaaaa, espero que les guste. Ya saben denle 🌟 si les gustooo y comenten mucho. Ya solo falta 2 o 3 partes para que termine, muchas gracias si llegar hasta aquí y gracias a todos los que dejan 🌟 y un comentario ❤.

—H.

Damianya One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora