Capítulo V- Trident de Sandía.

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Hay un montón de patrullas por todas partes, tanto que me parece una escena de persecución al robo a un banco y no un intento por calmar los ánimos de una fiesta que desde un inicio no debió ser.
Ethan maneja hábilmente por calles adyacentes buscando la salida a la carretera pero como él, hay también un montón de otros vehículos buscando escapar del caos que una fiesta de fraternidad ha causado en la ciudad.

"Déjame aquí, en esta esquina" le digo a Ethan pero él no detiene el auto y me comienzo a poner nerviosa, más de lo que ya estoy.

"No me oyes? Qué pares ya?!" Le grito y él cierra los ojos con fuerza ante mi reclamo que estoy casi segura le ha molestado en el oído.

"No grites. Te llevo a casa. Dime dónde vives" dice y yo niego con la cabeza.

"No. Me puedo ir sola. Te agradezco que me hayas sacado de allí pero puedo irme a casa sola, sólo de…" Me detengo en plena oración al darme cuenta de que no cargo con mi cartera.

"¿Dónde rayos está?" Me pregunto mientras me busco en la chaqueta y los bolsillos de los pantalones. Se me debe haber caído en algún punto y no me he percatado de ello.

"Ahhh demonios! Mi ID y mi tarjeta estaban allí. Mi madre me va a matar" me lamento.

Ethan se sonríe.

"¿Te parece gracioso?. Ya déjame aquí" le digo y él detiene el auto de una vez por todas. Se quita el cinturón de seguridad, yo hago lo mismo, pretendo salir del auto.

"No tienes dinero, ¿cómo llegarás a tu casa?" Pregunta y entonces cierro de nuevo la puerta y giro para verle.

"Ahí no me digas... Estás preocupado por mi seguridad? Tranquilo pediré un… ahhh nooo! También?" Me quejo al sacar mi teléfono y verlo apagado. La batería está muerta y me doy de topes en la frente con la palma de la mano porque ya es la tercera vez en esta semana que cargo la batería del móvil al cien por ciento y en menos de dos horas se descarga por completo. La batería está obsoleta pero no quiero pedirle dinero a mis padres para comprar otro. Ya me siento bastante carga en casa para que además de darme mesada tengan que comprar un celular como si tuviera quince años.

Ethan me toma la muñeca y detiene mi autoflagelo, me aprieta como si quisiera oírme gritar pero no lo hago.

"Suelta me" digo y por primera vez Ethan me suelta a la primera. Se queda en silencio mirando me, sus ojos se pasean de arriba a abajo y nuevamente me siento en zona de peligro, otra vez está surgiendo ese calor, el pulso anormal, los recuerdos.

"Porqué no te había visto antes?" Me pregunta.

"¿Qué?"

"Antes de anoche no te había visto. Eso es curioso" comenta y yo lanzo una risa.

"Antes de anoche yo tampoco había escuchado de ti y eso sí es curioso considerando que al parecer todo el mundo sabe y conoce de Ethan Wells" comento y él ríe. Odio que se ría de todo lo que yo le digo porque me hace sentir como una estúpida.
Le golpeó el hombro y una vez inicio no soy capaz de detenerme, un brote de rabia sale de mi, que más que rabia es frustración.

"Todo esto es tú culpa! Perdí mi cartera, Donald y los demás podrían estar presos! Arruinaste la noche de juegos, mi noche favorita de toda la maldita semana por tu maldita fiesta!" Le grito, le estoy pegando y él me sostiene las manos para detenerme.

"Para te vas a lastimar" dice.

"¿Todo por qué? Eh? El señorito Wells estaba aburrido y quiso darse un baño de pueblo?" Pregunto a los gritos.

"Ya cálmate… Elena… calmate ya!" Dice en tono bajo, calmado, me sorprende que aún se acuerde de mi nombre.

"No quiero…me tienes hartaaa, desaparece de mi cabeza" le digo sin ser consciente de mis palabras.

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