Capítulo VI- Surreal

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Respiro profundamente antes de introducir la llave en la cerradura, escucho pasos dentro de la casa e imagino que es mi madre caminando de un lado a otro a mi espera pero una vez ingreso veo que, por el contrario, es mi padre quien aguarda por mi.

"Elena, estaba preocupado. Te he llamado un montón de veces" me dice en voz baja.

" Perdón, mi teléfono está defectuoso. Mamá está..."

"Se tomó un calmante hace un par de horas y ya cayó regia en cama. Lo mejor, porque así no vio el alboroto que se ha desatado. Está por todas las noticias Elena. Pero que carajos ha pasado allí? Los noticieros hablan de una fiesta llena de vándalos" pregunta.

"Te mentiría si te digo que se que paso papá. Yo solo fui a jugar cartas con mis amigos y me topé con eso... la verdad tuve suerte de que... bueno nada malo paso"

"Si. Entiendo, entiendo. Anda. Sube a descansar, yo también me iré a la cama. Mañana me explicas con más calma que pasó. Buenas noches" me dice dándo me un beso en la cabeza.

Subo a mi habitación y me siento en la cama, me llevo ambas palmas al rostro y gritó fuerte pero sin dejar salir ni un solo sonido si es que eso tiene algo de sentido. Mi teléfono suena, veo en la pantalla el nombre de Donald y me apresuro a contestar porque de seguro está preocupado por dejarme con aquel pesado de idiota de apellido Wells.

"¿Ya estás en casa?" Pregunta.

"Ya. Si"

"Bien. Me calma saber que ambas han llegado bien" dice.

"Ambas?" Pregunto pero enseguida me doy cuenta que está hablando de Sacha.

"Ah. Sacha. ¿La llamaste? Hablaron?" Pregunto, espero que no se note la emoción en mi voz.

"No mucho, es tarde y no quería incomodar"

"Estoy segura de que tú no la incómodas"
"Elena... no. Sacha y yo..."

"Sacha y tú harían la pareja más hermosa del mundo" digo dejándo me caer de espaldas a la cama.

"Yo no le gustó"

"Claro qué si. ¿No viste como nos vio cuando llegó y nos encontró tomados de la mano? Le gusta. Debo asegurarme de que no crea que hay algo entre tú y yo"

"Supongo que igual se lo has dejado claro a Ethan Wells..." dice Donald y el tan solo escuchar su nombre me provoca entre deseo y rechazo.

"¿Me piensas decir desde cuándo lo conoces? Creí que no tenías idea de quién era"

"No tenía..." justo cuando voy a contarle tan solo un poco de lo que pasó a Donald, mi teléfono nuevamente hace de las suyas y se apaga. Grito contra la almohada y me pongo de pie para ponerme algo cómodo y descansar ya que mañana será un día pesado.
Ni bien cierro los ojos la primera imagen que me llega a la mente son sus labios, los de Ethan los que aún puedo sentir, el sabor de su boca en la mía. Nunca nadie me ha hecho sentir así, quien más se ha acercado fue Jimmy Torres, mi primer crush cuando tenía doce años. Jugaba baloncesto por lo que era más alto que los chicos de su edad y tenía una patineta, por Dios, como me gustaba verle andar en esa patineta.

Me meto debajo de las sábanas y trato de dormir pero no puedo. ¿Cómo puede permitir que a mi edad un tipo como él me quité el sueño? ¿A quien quiero engañar? Me trae loca desde la primera vez que le vi, cuando me tocó y me hizo desear que nadie más que él pudiera tocarme.

Estoy loca. Definitivamente me he enloquecido.

El sol se cuela por mi ventana, he estado despierta toda la noche viendo al techo. Escucho voces en el pasillo. No entiendo lo que dicen pero me parece que mis padres están discutiendo. Espero que no sea por mi causa pero es definitivamente lo más probable.

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