La alarma ha sonado tres veces, mi madre aún sigue tocando la puerta, llamando mi nombre mientras le pide a mi padre que busque las llaves de mi habitación. Él le dice que no tiene tiempo, llegará tarde al trabajo y esta mañana tienen una reunión con todos los empleados a la que no puede llegar tarde. Él no dice más pero sé, por su tono de voz que está preocupado, siempre se aclara la garganta varias veces cuando lo está."Pero ella puede estar muerta hombre de Dios" le reclama ella. Ya no soporto más los ruidos y me pongo de pie. Camino hasta la puerta, le quito el seguro y la abro.
"No me he muerto. ¿Ves? ¿Ahora puedo volver a la cama?" Digo regresando a mi reposo pero mi madre me sigue. Está muy enojada. Siento que hala la sábanas pero las sostengo contra mi con fuerza.
"Elena Anabel Conde Estrada" el nombre completo nunca era buena señal.
"Déjame dormir mamááá..."
"Llegas borracha, oliendo a quien sabe que, a media noche. Pero ven acá muchachita, ¿en qué momento me equivoqué yo,? Caramba." Reclama fingiendo que se le corta la voz.
Pienso en mil momentos que podría señalar pero optó por no empeorar las cosas.
Me salgo de la cama, todo me duele.
"Qué clase de restaurantes era ese?" Me pregunta, pensé que era obvio que no fui a ningún restaurante."Tengo clase en media hora, no pensaba ir pero..." le digo y entro al baño. Mamá continúa con su reclamó. " Una chica decente no hace esto y aquello" es el mismo ciento de siempre cada vez que se me pasa por la cabeza comportarme como una mujer de veinte años. Se cansa y sale de la habitación al fin.
Me meto a la ducha y todo me da vueltas. No fue buena idea mezclar todos esos cócteles por ser tragos gratis y la champaña solo lo empeoró. Me llega a la mente su rostro, los ojos de Ethan Wells viéndome desde el área VIP, sus dedos tocando su casi inexistentes labios, recuerdo dónde se encontraba antes que eso y me tapo la boca al recordar todo lo que pasó la noche anterior. ¿Cómo me deje tocar por un completo extraño? Si mi madre superiora se daría un tiro, el saber que falló como madre la volvería loca por qué el "Nadie más que tú puede tocar tus partes" es la más primordial de las advertencias por parte de los padres desde que eres pequeño.
Me pongo algo de gel en el cabello, no tengo tiempo ni ánimo para secarlo. Me pongo un vestido floreado por qué es lo primero que veo y tomando mis cosas bajo las escaleras para salir pero me topo con mi madre en la puerta de salida.
"Está conversación no ha terminado, ni siquiera ha comenzado" dice ella amenazante.
"Mamá salí a tomar con mis amigos, no te lo dije porque ya sabía cómo te pondrías" digo.
"Si ya lo sabes por qué lo hiciste?"
"Mamá tengo veinte años, veinte... salir a tomar es más que normal a mi edad. Quiero llegar a clase, hablamos después" le digo dándole un beso en la mejilla y saliendo de la casa hasta el auto que mamá tiene pero nunca usa. Siempre tiene las llaves en el perchero al lado de la entrada. Le hemos dicho que tener tres autos no es rentable porque ella nunca sale de casa pero se niega a venderlo porque tener tres autos aparcados en la entrada le da a entender a la gente que tenemos más dinero de lo que en verdad poseemos.
Voy super tarde, sé que no voy a llegar a tiempo así que no me mortifico y me detengo en el camino en un café por algo de tomar. El chico de la barra ya me conoce. Se llama Jay y solía estudiar contabilidad pero tuvo que parar la carrera por motivos que desconozco. Me sonríe y saluda calurosamente, como alguien que se ha levantado con el pie derecho esta mañana y eso me hace sonreír.
"Matcha?" Pregunta y yo siento náuseas solo de escuchar lo.
"Café negro, muy negro" le pido y este me prepara un vaso grande apesar de que ordené uno mediano. No le reclamo su error y procedo a pagar pero no me acepta el dinero.
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ATTRACTIO
Teen FictionElena nunca imaginó que todo su mundo se pondría de cabeza al entregarse al placer que Ethan Wells le ofrece.