Debutar no fue una tarea sencilla, y lo que vino después tampoco. Mingi tuvo que enfrentarse a mucho, a sus miedos, y a su pasado. Al amor, y al odio.
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ONE SHOTS
𝐌𝐀𝐑𝐀𝐓𝐇𝐎𝐍
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HongMin + HwaGi + YunGi + YeoGi + SanGi + WooGi + JongGi
Yeo Gi ────── Yeosang era muy celoso, por eso comenzó a dejar su nombre a lo que le pertenecía.
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Mingi estaba muy avergonzado, por lo que no podía ver a la cara a las dos mujeres que estaban inclinadas frente a él tocando sus piernas. Una lucía algo preocupada y la otra estaba realmente consternada.
―Fueron los mosquitos.
Eso fue lo que dijo Mingi, pero nadie le respondió que en esa época del año no habían mosquitos. Una de las mujeres se rio en su cara y la otra la golpeó, haciendo que Mingi se pusiera más nervioso.
Mingi no había planeado que le pusieran esos pantalones, ni siquiera pudo prever que eso sucedería. Sus muslos estaban llenos de marcas y, claramente nadie iba a creerle que habían sido los mosquitos.
Todos estaban vistiéndose y preparándose para la presentación. Yeosang estaba lejos, casi durmiéndose mientras le arreglaban el cabello, por lo que Mingi no podía fulminarlo con la mirada y hacerle saber lo avergonzado que estaba.
―Ya sé.
Mingi se sobresaltó cuando una de ellas sonrió aliviada, incorporándose y dejando de analizar sus marcas.
―Vamos a ponerte unos parches.
Cambiar de outfit había sido la primera idea de Mingi, pero ellas estaban decididas que debía usar esos jeans ajustados y rotos.
Poco después, ambas comenzaron a pegarle parches de su tono de piel en los muslos, ocultando así todas las marcas que Yeosang le había hecho la noche anterior.
―Y dile al mosquito que no te pique en esa zona ―dijo la mayor, apuntándolo con el dedo, causando que la otra volviera a reír.
Mingi se puso colorado y asintió, haciéndoles una reverencia.
Mingi se miró al espejo y pasó la mano por los parches que le habían puesto para cubrir los chupones que Yeosang le había hecho.
El recuerdo de la noche anterior hizo que sus mejillas volvieran a ponerse coloradas, por lo que las cubrió con sus manos y maldijo al más bajo.
(...)
―¿Qué es esto?
Recostado en la cama con las piernas abiertas, moviendo los dedos de sus pies ansiosamente, Mingi miraba con atención los músculos de Yeosang contrayéndose al estarle sosteniendo las piernas de esa forma.
―Olvidé quitarlos ―murmuró Mingi; Yeosang comenzó a sacar los parches con sus dientes de forma lenta, sin quitar la mirada de los ojos dilatados de Mingi.
―Te veías tan bien con esos pantalones ajustados, quería abofetear tu trasero hasta ponerlo morado y no pudieras volver a sentarte.
Mingi gimió manchando su ropa interior, acercando más su pelvis al rostro de Yeosang con la intención de que el mayor se ocupara de lo que había provocado.
