Debutar no fue una tarea sencilla, y lo que vino después tampoco. Mingi tuvo que enfrentarse a mucho, a sus miedos, y a su pasado. Al amor, y al odio.
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ONE SHOTS
𝐌𝐀𝐑𝐀𝐓𝐇𝐎𝐍
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HongMin + HwaGi + YunGi + YeoGi + SanGi + WooGi + JongGi
JONG GI ────── Jongho y Mingi encuentran sobrevivientes después de casi un año solos... A Mingi no le gusta la nueva compañía.
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Jongho y Mingi se conocieron en medio del caos. Mingi estaba huyendo de tres zombies cuando se encontró con el menor en las vías. Le gritó por ayuda, porque Mingi no tenía armas y llevaba corriendo alrededor de un kilómetro, al principio sólo era un zombie, pero luego se agregaron los otros dos. Jongho estaba tomando agua tranquilamente y lo miró con una ceja alzada. Por un breve instante, Mingi creyó que Jongho no lo ayudaría. Cuando Mingi rebasó a Jongho, el menor se levantó de su cómodo lugar en el suelo y le clavó un cuchillo al primero de ellos, justo en la cabeza. Mingi volteó al escuchar el ruido y jadeó al ver al cuerpo ya muerto caer a los pies de su extraño salvador.
―Los otros... ―dijo Mingi apuntando detrás de él. Esos dos eran mucho más lentos.
Jongho pateó a uno en el estómago hasta que cayó sobre su espalda, para así poder matar al otro. Dejó el cuchillo clavado en su cráneo y se ocupó del último tomando otro cuchillo de su cadera. Mingi había mirado todo completamente asombrado. En las tres semanas en las que el mundo se había ido a la mierda, sólo había conocido malas personas y come personas. Nadie que fuera amable con él.
―Gracias... ―murmuró Mingi, sonriendo tímidamente cuando Jongho comenzó a caminar de nuevo―. Eh, ¿tienes hambre? Tengo algunos bocadillos, puedo darte algo como agradecimiento... ―dijo rápidamente, tratando de seguirle el paso. El chico era más bajo y tenía las piernas más cortas, pero caminaba muy rápido.
―No te estaba ayudando, los trajiste hacia mí ―dijo él a la defensiva, sin darle una sola mirada.
Mingi arrugó la nariz. Tenía razón, pero bueno.
―Mm, mi nombre es Mingi, tengo 25 años... Soy Leo y...
―No me interesa.
Mingi dejó de caminar, el chico siguió adelante y poco después se metió en la zona boscosa, perdiéndose entre los matorrales. Mingi suspiró, se preguntó si debía seguir por las vías o simplemente quedarse ahí, recostarse sobre el camino y rezar que un tren lo pase por encima (cosa imposible). Mingi tiró su mochila al suelo y se sentó. Era alrededor de las diez de la mañana y el sol le quemaba en la nuca, pero hace mucho que dejó de importarle si se ponía más moreno.
Se quedó ahí tumbado, viendo el cielo por un largo rato. El olor a muerte era horrendo, pero de alguna manera se había acostumbrado un poco, seguía siendo desagradable, pero al menos ya no vomitaba cada vez que hacía un par de pasos. Cuando el sol se puso en el centro del cielo, Mingi se levantó.
Había sobrevivido todas esas semanas por ser cuidadoso y silencioso. Era bastante lento, pero esos zombies también. Ni siquiera sabía adónde iba, tal vez Mingi sólo estaba buscando un lugar donde quedarse, preferiblemente una casa con una cómoda cama y algo de comida en la alacena. En la última casa que había saqueado, se había cruzado con una persona viva, pero casi lo matan, así que ahora tenía mucho más cuidado acerca de dónde se metía. Por suerte Mingi pudo escapar, sólo recibió un golpe en la cara. Lo bueno de vivir en Corea era que no todo el mundo tenía armas de fuego.