Debutar no fue una tarea sencilla, y lo que vino después tampoco. Mingi tuvo que enfrentarse a mucho, a sus miedos, y a su pasado. Al amor, y al odio.
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ONE SHOTS
𝐌𝐀𝐑𝐀𝐓𝐇𝐎𝐍
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HongMin + HwaGi + YunGi + YeoGi + SanGi + WooGi + JongGi
JONG GI ────── Jongho y Mingi encuentran sobrevivientes después de casi un año solos... A Mingi no le gusta la nueva compañía.
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Mingi se despertó asustado al escuchar un fuerte ruido. Golpeó y sacudió a Jongho para despertarlo, pero el menor gimió y apretó su muñeca gruñéndole que ya estaba despierto y que ya había escuchado el estruendo. Jongho apretó sus párpados antes de abrir los ojos y se levantó de la cama. Ambos se acercaron a la ventana y miraron hacia afuera, tratando de ocultarse bien detrás de las pesadas y gruesas cortinas negras. Vieron reflejos de luces y escucharon los bocinazos, los gritos de júbilo y diversión.
―¿Qué se supone que están haciendo? ―preguntó Mingi, asustado―. Van a atraer a todos los zombies de los alrededores...
―Tal vez ese sea su plan ―dijo Jongho, suspirando―. Son demasiados... ¿Pensé que eso de los locos del fin del mundo era una exageración?
Habían cinco autos dando vueltas y había mucha gente caminando alrededor, con bates de baseball y escopetas. Uno de ellos comenzó a disparar hacia arriba. Algunos parecían estar ebrios o simplemente habían perdido la cabeza y eran unos psicópatas.
―Espero que sólo estén de paso...
El murmullo de Mingi se murió en sus labios cuando algunos hombres que gritaban y reían comenzaron a forzar las puertas de las casas. Un pequeño grupo entró a la vivienda justo delante de la suya.
―Son saqueadores ―dijo Jongho, ahogando la voz contra la palma de su mano―. Hay que escondernos.
Jongho tomó su muñeca y lo arrastró rápidamente hacia el primer piso. Hace unos días habían descubierto un pequeño subsuelo, estaba revestido en madera y tenía algunas cosas empolvadas, los dueños anteriores lo habían estado usando como depósito. No le habían prestado atención a esa parte de la casa, pero en este momento era la mejor opción para ellos. Jongho levantó la madera y tomó a Mingi de la cintura para ayudarlo a bajar, el mayor estaba temblando y sus pequeños ojos se habían llenado de lágrimas. Jongho sabía que sería difícil. Mingi comenzó a negar con la cabeza rápidamente, rehusándose a entrar ahí.
―Hyung, por favor. Estaré contigo ahí adentro, no estarás solo ―murmuró Jongho algo desesperado, empujándolo nuevamente con suavidad.
Mingi tomó una bocanada de aire y miró hacia el pasillo, esas personas podrían entrar a su casa y lastimarlos. Ellos debían esconderse, Mingi no podría perdonarse que lastimaran a Jongho por su culpa. Mingi asintió con la cabeza torpemente y Jongho pudo respirar aliviado cuando Mingi cedió y comenzó a bajar, entrando al pequeño subsuelo de la casa.
Quizá habían otros escondites, pero ninguno mejor que este. No podían arriesgarse.
Jongho entró después de Mingi y se arrastró hasta abrazar al mayor, rodeándolo rápidamente. El cuerpo de Mingi era una gelatina contra el suyo, pero los leves arrullos de Jongho lograron tranquilizarlo un par de minutos después. El ruido afuera todavía era ensordecedor.
