Debutar no fue una tarea sencilla, y lo que vino después tampoco. Mingi tuvo que enfrentarse a mucho, a sus miedos, y a su pasado. Al amor, y al odio.
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ONE SHOTS
𝐌𝐀𝐑𝐀𝐓𝐇𝐎𝐍
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HongMin + HwaGi + YunGi + YeoGi + SanGi + WooGi + JongGi
JONG GI ────── Jongho y Mingi encuentran sobrevivientes después de casi un año solos... A Mingi no le gusta la nueva compañía.
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―Pero, ¿no vas a tener frío? ―preguntó la niña, viendo con sus enormes ojos sorprendidos que el chico más alto se quitaba uno de sus abrigos.
―No, cariño ―sonrió Mingi―. Conservo bastante mi calor, no te preocupes.
La niña se bajó de la pila de escombros y aceptó el abrigo que el joven le estaba dando. Se hizo aún más pequeña dentro, temblando por el frío que había sentido y ahora era reemplazado por una absoluta calidez.
―Soy Kim Yeseul ―repitió su nombre una vez que estuvo tranquila, miró a los dos adultos de pies a cabeza bastante sorprendida―. Tengo diez años. ¿Cómo se llaman?
―Yo soy Song Mingi.
―Mi nombre es Choi Jongho ―dijo Jongho, que se había quedado callado todo este tiempo―. ¿Estás tú sola por aquí?
Yeseul sintió y luego negó con la cabeza, se mordió el labio inferior con timidez, mostrándoles ojos de borrego.
―Tengo a Manchas ―murmuró.
―¿Quién es Manchas?
Como si decir su nombre fuera una invocación, un perro blanco con manchas negras apareció agitando su cola, era pequeño, pero ninguno de los dos podía precisar su raza. Tal vez era una cruza.
Yeseul se inclinó y lo tomó en brazos, metiéndolo debajo de su abrigo para calentarlo.
―Así que son sólo tú y Manchas... ―dijo Mingi.
Yeseul asintió.
―Mamá se convirtió hace tres días... Me dejó esto ―Yeseul se agachó nuevamente y sacó algo de su bota izquierda, apuntando a Jongho con ella.
Jongho pegó un pequeño salto hacia atrás.
―¡No! No está cargada ―dijo Yeseul―. La última bala la usé en ella...
Mingi ahogó un jadeo al imaginarse a esa pequeña niña teniendo que dispararle a su propia madre.
Mingi no sabía mucho de armas, cuando salió del orfanato, antes de buscar a su tía, vivió unos días en la zona roja de Corea y consiguió un arma de bolsillo, pero se deshizo de ella. Ahora se arrepentía un poco.
―Ya veo... ¿Sabes qué tipo de arma es? ―preguntó Jongho a la niña―. Tal vez luego podamos conseguir balas.
―Es una bodyguard 380 ―dijo Yeseul, dándosela a Jongho―. Puedes conservarla. No me gusta.
Mingi y Jongho se miraron y luego a la niña. Un abrigo por un arma no parecía un trueque justo, pero tampoco podían hacer mucho en las circunstancias en las que estaban, además no tenían balas. Jongho asintió y guardó la pequeña arma en su cintura.
