Capítulo XXIX

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—Sira —Pedri termina el entreno y se lleva a mi amiga a un lado.

Donde Pedri y Sira

—Tengo una ideaza —mi hermano acompaña la última palabra con una gesto de manos.

—¿Para qué?

—¿Para qué va a ser? ¡Para Gavi y t/n!

—A ver, sorpréndeme.

—Y si de casualidad tuvieramos que pintar la habitación de Gavi —sonríe.

—¿De casualidad?

—Sí, porque ya sabes, está color cian, y la usábamos para guardar cajas, la pared estará fea.

—¿Y eso en qué va a influir a t/n?

—Porque como los dos se gustan Gavi tendría que dormir con t/n.

—¿Que los dos se qué?

—Se gustan —frunce el ceño, extrañado —. ¿Es que t/n no te ha dicho que le gusta Gavi?

—Sí, sí me lo ha dicho, ¿pero, cómo mierdas lo sabes? ¿Y sabes que a Gavi le gusta t/n?

—Mi hermana se lo contó a Fernando, yo le saqué la información y como Gavi estaba ahí, sentado en el sofá con el móvil se enteró.

—¿Me estás diciendo que Gavi sabe eso?

—Sí, y t/n sabe que Gavi lo sabe.

—Me voy un rato con Ferran y pasa de todo —parpadea, perpleja —. ¿Y por qué Gavi no se lo dice ya a t/n? Porque ella no sabe si Gavi le quiere.

—Porque les da vergüenza a los dos.

—Pues, sí, sería buena idea, pero váis a tener que pasar las Navidades pintando cada día para que la habitación huela a pintura.

—En la primera noche que duerman juntos, no va a querer volver a su habitación —asegura Pedri.

—Vaya, pues supongo que la idea es genial.

—Lo sé, solo me queda hablar con Fernando y ya está.

Ambos vuelven a donde estoy.

—Esto de que te lleves a la gente que está conmigo para hablar a solas lo empiezo a odiar, ¿qué ocultáis? —los miro a los dos.

—Nada, es que...

—Estábamos hablando una cosa de Ferran —añade Sira.

—Bueno, vale —Sira se va con Ferran y Pedri, Gavi y yo nos vamos al coche.

Al llegar a casa, Pedri aparca y entramos. Los dos niñitos se pelean por quién se ducha antes.

—¡Yo soy más mayor! ¡Es mi casa!

—¡Pero, yo he estado más tiempo en los pases y cansa más!

—Voy yo —comienza a correr hacia el baño.

—¡Eso no es justo! ¡No quiero estar tan sudado! —lo persigue.

Como son rapidos, Pedri llega en unos segundos al baño, cerrando con pestillo y dejando a Gavi enfrente de la puerta. Este le da un golpe medio fuerte a la puerta y se aparta.

—¡La próxima vez voy yo primero! —le avisa.

—¡Eso ya lo veremos! —mi hermano provoca desde el otro lado de la puerta.

—¡Y tanto que lo verás! O a lo mejor te saco los ojos antes.

—¿Con un tenedor o con una cuchara?

TEMPORADA UNO - El mejor amigo de mi hermano ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora