Capítulo XIV

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—Sira, siéntate conmigo en el autobús, te lo ruego.

—t/n, estás exagerando. No puedes huir de él el resto de tu vida.

—Sí puedo. Claro que puedo.

—No te entiendo. ¿Tan malo es que te haya besado?

—¡Baja la voz!

—t/n, estamos en las gradas, no nos van a escuchar —señala al campo con todos jugando.

—No, pero que vergüenza...

—Pero, ¿por qué?

—No sé. Tengo que dormir con él y todo.

—No pasa nada, tampoco dormís abrazados.

Me mira con la ceja enarcada antes de que lo niegue.

—¿O sí? —vuelve a preguntar.

—No.

—Me estás mintiendo.

—Solo una noche, no es para tanto.

—¡Lo sabía! —da una palmada, satisfecha —. ¿Y entonces, qué más te da que te haya besado?

—Pues... Va a ser todo rarísimo.

—¿Y tú por qué hiciste esa apuesta?

—Porque estaba segura de que ganaría.

—No tenías el 100% de posibilidades, y eso lo sabes. ¿Acaso querías que te besara?

—¡No! Además, pensé que era en la mejilla, no en la boca.

—Aún así, era un beso de Gavi, tú lo habrías rechazado.

—El ego me ganó y creí que iba a perder él.

—Es un beso nada más. Hay miles de adolescentes que se enrollan con muchos tíos en una noche y no se saben ni su nombre, lo hacen por diversión o por la borrachera. ¿Y a ti te da vergüenza Gavi? Que habéis dormido juntos y todo.

—¡Por eso mismo! ¡Porque es Gavi! Es el mejor amigo de Pedri. Seguramente si mi hermano se entera de que me ha besado, se enfade con él.

—t/n, pero si Pedri es el primero que quiere que acabéis juntos —se ríe.

—Es... Es verdad. Eso da igual. Me da vergüenza y ya está.

—Pues vaya tontería.

—Y, añado. Es que es imposible que antes de venir aquí Gavi y yo estábamos tratándonos como el culo. Me ha despertado gritando. ¿Eso lo ves normal?

—Porque te quiere picar y le gusta verte enfadada.

—Pues que se esté quieto, no es agradable levantarse con un grito.

—Mira, yo voy con Ferran sentada en el autobús. Si quieres lidiar con Gavi, genial. Si no, pues te tocará tenerlo al lado. Pero, yo como tu mejor amiga, quiero que acabéis juntos porque se nota que os gustáis.

—Que no me gusta —repito, cansada.

—¿Y entonces, qué es lo que se ve cuando habláis?

—A dos personas peleándose.

—Si cuando alguien no quiere verlo, no sirve de nada forzarlo —murmura, suspirando —. Yo lo dejo, pero ya me dirás.

—Menos mal, ya me estoy cansando de que todos con los que me cruzo me pregunten si me gusta Gavi.

—Pues ves acostumbrándote, porque si os ven hablando ya piensan que os gustáis.

—¿Y solo con nosotros? Que lo hagan con otros.

TEMPORADA UNO - El mejor amigo de mi hermano ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora