Capítulo XXVII

21.5K 753 173
                                    

—No —contesta Gavi, a lo que Torre asiente y se va a buscar más gente, entonces, Gavi se gira de nuevo a mí —. ¿Ibas a decir eso?

—Ha sido un error, perdón.

—¿Y por qué un error?

—¿Qué insinúas?

—Me refiero a que... Nada, ignórame.

—Está bien.

—¿Vamos un rato con Pedri? —trata de cambiar de tema.

—Vale.

[...]

Cuando me despierto, miro la hora y veo que es ya mediodía, la una y diez de la tarde para ser exacta. Me tapo con la manta hasta la cabeza, intentando dormir más, pero no puedo, mi cuerpo ya no me deja.

—Hey Sira, ¿estás despierta?”

Le envío el mensaje aunque seguramente esté con Ferran. Me levanto perezosamente y quito la manta de pelo que estaba enganchada a la cama, me la paso por los hombros, tapamdome para estar más calentita y salgo de mi habitación para ir a la cocina a beber algo para hidratarme.

—Buenos días.

Me giro, extrañada y veo a mi hermano Fernando.

—¡FERNANDO! —grito, corriendo a abrazarlo como podía —. ¡Te echaba de menos!

—Y yo a ti. Parece que anoche os fuisteis de fiesta, nadie se ha levantado hasta ahora —me da un abrazo fuerte.

—Sí, volvimos sobre las seis o siete de la mañana si no recuerdo mal —le animo para que me acompañe a la cocina, mientras me sirvo agua, le hablo —. ¿Qué tal?

—Pues voy muy bien —se encoge de hombros —. ¿Y tú y Pedri?

—Genial, estamos muy contentos —dejo el vaso en el fregadero —. ¿Te apetece un café o algo?

—Es casi la hora de comer y tenía pensado preparar algo, me quedaré unos días por aquí.

—Por mí como si te quedas para siempre.

—¿Y qué, te llevas bien con el nuevo compañero de casa?

—¿Quién? ¿Gavi?

—Sí, Pedri me comentó que se mudaba con vosotros.

—Ah bueno, no nos llevamos mal. Es majo...

—¿Y qué tal vas de amigas?

—Unas falsas, desde el año pasado que me mudé aquí, ninguna se ha dignado a escribirme, les escribía yo y me dejaban en visto.

—¿Y no has hecho amigas aquí?

—Sí, una amiga, que compensa más que a veinte como mínimo. Sira, es la novia de Ferran.

—Ah, sé quién es —asiente con la cabeza —. Espero que no se comporte mal contigo.

—No, es una dulzura de persona. Y cuando se empeña en algo, ella tiene que conseguirlo.

—Eso es bueno. ¿Qué tal el último año de bachillerato? Supongo que la mudanza te habrá afectado mucho en los estudios.

—Me he graduado con buenas notas. Al principio sí me costó, pero me adapté rápido —sonrío, orgullosa —. ¿Tú crees que podrías convencer a Pedri para adoptar un perrito?

TEMPORADA UNO - El mejor amigo de mi hermano ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora