Había una tormenta monumental que no había parado desde hace tres días, de los cuales Naoko no había visto a ninguno de sus novios porque las calles se inundaban en ciertas sonas de la ciudad y Naoko no quería que ninguno se arriesgara a ir a verla hasta Shibuya.
Durante ese periodo Nao se dedicó a adelantar proyectos y hacer tareas domesticas. Además que tenía por empleo hacer tareas de sus compañeros para poder tener un ingreso y ayudar a su hermana y abuela a mantener la casa.
El timbre de la casa hizo que Naoko dejara el estofado de verduras y fuera a atender la puerta.
Su último novio estaba empapado de pies a cabeza y tenía la cara muy mallugada.
Los dioses sabrán en que problema se volvió a meter.
-¡Hanma!- lo regañó al ver la estupidez andante que es.
-¿Qué? Él otro quedó peor- no pensaba entrar en detalles y asustar a su linda novia por meterse en peleas innesarias con los borrachos que vivían en el mismo barrio que él.
-Eres una idiota, métete- Naoko lo agarró de la mano y lo llevó hasta su cama, de los cajones de su hermana sacó una pijama de Takeomi y se la dio a su novio -Iré por él botiquín.
Ya era costumbre que más de alguno llegara con la cara hinchada de puñetazos y a la mala tuvo que aprender cosas básicas de cuidado de heridas.
Primero le quitó toda la suciedad del rostro y los nudillos con toallas antisépticas y después se dedicó a limpiar cada corte y raspón que tenía con microdacion y hunguento para adormecer el tejido.
Hanma no podía dejar de ver sus pequeñas pestañas, el brillo del poco sol reflejado en su cabello rubio y la manera en que entrecierra los ojos cuando está concentrada.
No había cosa de ella que no le gustara o le pareciera fea. Bueno tal vez sus seis novios, pero era un precio a pagar por estar con Naoko.
-Debiste estudiar medicina.
Naoko tenía casi todo para estudiar en una buena universidad, excepto el dinero y Hajime no iba a dejar que ese talento se desperdiciara, sobornó a los directivos de la escuela para que le dijeran a Naoko que había ganado una beca en la carrera que ella quisiera, así que elegió aquella con menos contacto humano.
-Estudio medicina, pero forense.
-Eres muy inteligente para estar entre cadáveres.
-Los cadáveres no saben coquetear y también me gusta dormir- no pudo contradecirla, en realidad preferia que no tuviera compañeros de trabajo vivos, porque no se aguantaría las ganas de golpear al pobre idiota que ose mirar más de lo debido a su pequeña novia.
-Perdón Naoko, perdón.
No era la primera vez que le pedía disculpas sin haberle hecho algo.
-¿Por qué te disculpas Shuji?
-No lo sé, pero siento que debo hacerlo- era como si le hubiera hecho daño -¿Me amas?
El chico sentía un presión enorme en el pecho cada vez que estaba a solas con ella, como si le hubiera hecho algo terrible, pero no sabría decir con exactitud qué fue, por eso siempre que tenía la oportunindad la hacía sentir el ser más especial que haya pisado la tierra.
-Sabes que si, te amo mucho mucho.
Esa fue la invitación que Hanma estaba esperando para bersarla, sosteniendo su cuerpo con ambas manos la acostó en el centro de la cama, abriendo sus piernas para colocarse entre ellas y agarrando su menton para evitar que se moviera y metiendo su lengua dentro de la garganta de Naoko, a la mujer le costaba respirar, sentía cómo su novio se tomaba el tiempo de explorar su cavidad bucal como sino lo hubiera hecho multiples veces.
Dejó su boca para seguir con su cuello, dejando pequeñas marquitas que más tarde se tendrá que preocupar por tapar con maquillaje.
Estaba más que lista para el siguiente paso, de no ser porque se quedó dormido sobre su abdomen.
-Eres un bobo- Naoko sonrió para si misma sin dejar de jugar con su cabello, acariciándolo y maravillada con la bella imagen de él dormido, con esa paz que casi nunca se le ve despierto.
-¿Se va quedar otra vez?- Nyoko había llegado de su trabajo, igual de mojada como si hubiera estado nadando.
Hanma se quedaba regularmente en la casa de Naoko.
-Si, ya es muy tarde, no quiero echarlo.
Aunque primero debía convencer a su abuela otra vez, no le agradaba la idea de que los novios de su nieta pasaran la noche con ella.
-Lo vas a malcriar.
-Ya lo hice.
-Si los demás se enteran se van a enojar.
Tenía razón, sus novios son celosos y odian que cualquier de ellos tenga un trato diferente.
-No tienen porque enterarse.
-¿Qué vas a hacer cuando alguno te pida mudarte con él?
Eso ya había sucedido en dos ocaciones, una con Kakucho y otra con Hanma, rechazando ambas y dándoles razones validas del porque no era una buena idea considerando lo jovenes que son y la clase de relación que llevan con ella.
-Dile a la loca que se calle- Shuji despertó, acurrucandose aún más contra el cuerpo de Naoko.
-No seas malcriado mocoso- Nyoko salió de su habitación para cambiarse lejos de los ojos de uno de sus cuñados.
-No seas grosero- Naoko siempre es negligente con él -¿Quieres cenar amor?
-¿A ti?
Por mucho que le gustaría hacerlo no era el momento apropiado.
-No... comida de verdad.
Él asintió, pero volvió a quedarse dormido, no había estado descansando bien y quería aprovechar la paz que su novia le daba.
Naoko salió del cuarto y se encontró a su abuela.
-Suki ¿puede quedarse Hanma?
La anciana esperaba que le dijera que era una broma, pero su casi hija estaba muy seria.
-Puede dormir en tu cuarto, pero sabes que se queda en el futon.
Pero aunque durmiera en la cama no podrían hacer nada, porque comparte habitación con su hermana y Naoko no era esa clase de pervertida.
-Gracias.
Hanma siempre se portaba encantador con Suki, mostrando los modales que nadie sabía que tenía.
Cuando llegó la hora de dormir Naoko ignoró la regla del futon por completo y se metió con él, durmiendo sobre su pecho.
Fue una pena rechazar la propuesta de la mudanza, pero aún no se sentía preparada para ese tipo de compromiso.
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Same Old Love +21
FanfictionReiko es la encargada de la liga femenina de Bonten, siendo completamente fiel a su organización y a su jefe Mikey pero eso no le impide que se divierta con el resto de los ejecutivos. Solo que ella tiene un problema, vive bajo el fantasma de un amo...