II

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Pasado ya un tiempo de la desaparición de la madre de aquella niña, tomaron en cuenta que la oficial que la estaba cuidando, no la podía cuidar hasta que tuviera la edad suficiente para valer por si misma, a causa del puesto que estaba en el mando de la oficial.

Habían varias personas que podían cuidarla si ella así quería pero, dependía de ella elegir a la persona con quien se quedaría.

Fueron a la casa de la mujer que estaba cuidando a la pequeña, tocaron, saludaron y entraron. Después de un rato de platicar sobre la pérdida de uno de sus progenitores decidieron ir al grano. Dieron opciones y si quería podía ir a verlos. La niña estaba muy pequeña para decidir, y solo recordó lo que alguna vez le dijeron -Al ultimo- así que eligió al último que vio. Era la persona que menos esperaban ya que su reputación estaba muy mal, a oídos de los demás.

Decidieron que tendría la cita el día siguiente pero, la cuestión era darle la noticia a la persona.

Paso el día como ya era de costumbre. Al día siguiente, arreglaron a la niña como se debía y después la llevaron a lo que era el domo de la alcaldía, donde se encontraría con la persona que la cuidaría el resto de sus días. Ya estaba la pequeña sentada frente a una mesa cuando, llegó un erizo de color negro azabache de aspecto terrorífico. El erizo se veía como un adolescente. Se sentó enfrente de la niña y se dispuso a no hacer ninguna expresión emocional.

Amy.

El señor se miraba serio y a la vez su semblante era algo terrorífico, así como en las caricaturas donde aparece el villano, pero este señor tiene algo más que, no se que es. Estábamos sentados cuando llegó un oso color gris y se sentó a mi lado.

-Buenos días señor the Hedgehog, como ya debieron informarle, hoy lo citamos a causa de un asunto muy importante. -Dijo el señor oso. El señor erizo solo se mantuvo callado.

-Bueno, preséntate mi niña. -Me dijo el señor oso.

-Soy Amy Rose y tengo 5 años. -Dije dándole una sonrisa y mostrando con mi mano la cantidad de años que tenía al señor erizo. El señor erizo se cruzó de brazos, a lo cual no supe como actuar y solo quité mi sonrisa y me encogí de hombros.

-Bueno, como puede ver la pequeña no a entrado a estudiar pero su madre al parecer comenzaba a enseñarle algunas cositas. La niña lo ha elegido a usted como su tutor, como bien sabe en la ley esta.... -Fue interrumpido el señor oso por el señor erizo.

-Si, si. Ya conozco la ley de este pueblo. -Dijo dándole una mala cara al señor oso.

-Bueno entonces solo le diré lo que tiene que hacer con la pequeña-Dijo el señor oso, a lo demás ya no le entendí ya que no estoy muy informada de palabras como esas. Después de un montón de palabras y papeleo por fin me dijeron que tenía que empacar las cosas que tenía en mi casita, donde vivíamos con mi mami. Llegamos, y apenas llegue comencé a buscar a mamá pero no estaba, supongo que se fue a trabajar y por eso no la he visto en estos días. Agarre todas mis cosas y las metí en un montón de bolsas, me dijeron que tenía que llevarme todo lo que fuera mío. Al terminar llevaron mis bolsas a un picop hermoso, negro. Se veía algo amenazante por su altura y anchura y es que era bien grandote. Me ayudaron a subir ya que cada vez que intentaba subirme, regresaba al suelo jaja.

Ya estando adentro se subió el señor erizo y el señor oso se fue a la par. El señor erizo manejo un buen rato hasta llegar a una casa súper elegante un poco alejada del pueblo ya que sus casas no se veían iguales como a las del pueblo. Después de un rato de estar parados me dijeron que tenía que bajar y así lo hice. Ya abajo me tomó de la mano el señor oso y me adentro a esa casa elegante, caminamos y caminamos, el señor erizo decía el nombre de cada cuarto mientras el señor oso solo hacia para abajo y arriba su cabeza. Llegamos a un cuarto el cual dijeron que iba a ser mio, pero como no estaban bien enterados de la noticia todavía no estaba arreglado, así dijo el señor erizo.

-Bueno señor the Hedgehog, a cumplido con el Protocolo de bienestar Infantil. La niña ya puede vivir con usted. -Dijo el señor oso mientras me miraba y me jalaba hacia el lado del señor erizo. Después de un rato más de hablar, el señor oso se fue y me dejó solita con el señor erizo.

-Puedo ir a jugar? -Le dije al señor erizo a lo cual movió la cabeza para abajo y para arriba y me fui.

-Niña. -Me dijo

-No soy niña, soy Amy. -Le dije, quizás había olvidado mi nombre.

-Rose-Dijo, nadie me ha llamado así, ni mamá. -Solo, no te pierdas-Dijo a lo cual dije un SI. y salí corriendo hacia el cuarto donde había un montón de césped.

Corría y saltaba, habían árboles a los cuales me subía. Había una mini piscina y entonces decidí jugar con el agua. Después de un rato de jugar a que encontré una sirena me comenzó a picar mi nariz, no le puse mucha importancia hasta que comencé a estornudar. Regrese por la puerta donde había entrado al cuarto y me fui entre los pasillos hasta encontrar al señor erizo.

-Señor erizo! -Le dije, y él se me acercó corriendo.

-QUE TE PASO ROSE!? -Dijo regañandome.

-N-nada-Le dije mientras me sobaba mi naricita.

-Vienés como un tomate, que estabas haciendo! -Me dijo enojado .

-So-solo estaba jugando a que encontraba a una sirena-Le dije mientras mis ojos no me dejaban ver.

-Pero en donde!? -Me dijo

-En en, en el agua-Le dije tapandome un ojo con mi mano mientras señalaba aquel lugar donde estaba jugando, mis ojos estaban llorando. El señor erizo solo me miro más enojado y me cargo hasta un cuarto, tenía una cama enorme y me acostó allí.

-Te dio gripe, tienes que estar acostada, ahorita vuelvo-Dijo el señor erizo y se fue, yo ya no aguantaba el sueño y me dormí.

Mami, donde sea que estés, te extraño. No se que ha pasado pero ahora estoy con un señor erizo muy enojado y solo quisiera estar contigo, mami te necesito ¿donde estas?.

Narrador

Los días pasaron y ella ingreso al ciclo escolar, cada día ella aprendía más pero también eran más los regaños de su mayor ¿se habría equivocado al elegirlo? No, eso no era verdad. Estar con aquel erizo era bueno, en el sentido de dinero pero en el emocional era lo contrario. Ella quería tener a alguien con quien jugar o como hacia antes, salir a jugar con sus amigos, pero no, aquel erizo tenía una regla estricta de no salir de aquella casa, solo era porque no quería cuidar a aquella mocosa que por "casualidad" llegó a su vida. La vida le había jugado una mala partida, no quería saber nada sobre niños y para joder más su vida tuvo que llegar esa mocosa que, si no fuera por aquella ley y que depende su vida financiera estar allí, jamás la hubiera aceptado, o eso daba a pensar a los demás.

Yuanfen - ShadamyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora