Bloody Love [Starker]

III

Día a día, Peter conocía un poco más del hombre que lo tenía encerrado en su mansión. La forma en que a Tony le encantaban las galletas de chocolate remojadas en crema pastelera, historias de su infancia, del cómo cambio el rubro de su empresa de vender armas a energía limpia, la creación de Jarvis en memoria de su mayordomo que lo vio como un padre en su niñez, datos científicos que a Peter le encantaron, a pesar de que debía actuar asustado.

Pero siendo sincero, se sentía mucho más seguro con el hombre con el pasar de los días, cada historia, toda caricia que Tony le ofrecía libremente Peter acepto hambriento, también compartió datos de su niñez ignorando de que Tony ya lo sabía.

Tony también le daba muchos regalos, desde hace una semana que lo estaba haciendo. Cada día, siempre que volvía del trabajo, llegaba a su habitación con algo entre las manos, Peter al principio se preocupó de que Tony este tratando de acondicionarlo a base de regalos, pero luego se calmó al ver que Tony no tenía ninguna mala intención. (O tal vez si)

Peter no podía negar que no le gustaban los regalos, después de todo su último regalo fue el de sus tíos en su cumpleaños antes de que murieran, y Tony cada día le obsequiaba cosas muy interesantes, desde varios juegos lego, peluches gigantes, joyería, pero sus favoritas eran los libros, literalmente brillaba de emoción al leer un nuevo título de un libro que nunca había conocido, podría ser desde ciencia ficción, hasta física cuántica.

Las semanas se convirtieron en un mes, y Peter estaba cada vez más ansioso, si no mal suponía, su periodo podría llegar en cualquier momento y aún no le había dicho nada al Sr. Stark.

Trato de olvidarse de eso a favor de concentrarse en la película que se proyectaba en el televisor, ya era cerca de las 7 de la noche y el Sr. Stark aún no volvía de unos asuntos urgentes que tuvo en su empresa que no tuvo más remedio que ir, despidiéndose con un beso en la frente que dejó la cara de Peter muy roja.

No podía dejar de pensar en las posibles reacciones que Tony podría tener respecto a su 'don', la mente de Peter creo más peores escenarios que mejores y eso lo tenía muy ansioso. Tampoco ayudo en la forma en cómo se había comportado con él esa mañana, sus ojos tan oscuros fijamente en su cuello, como si quisiera saltar sobre él y clavar sus colmillos como en las películas de vampiros.

Parecía tan perdido en sus pensamientos, ya que cuando lo llamo por su nombre paso un tiempo hasta que su mirada oscura desapareciera para prestarle su atención completamente.

Peter supone que Tony tendrá algo con el cuerpo humano, ya sea en las pequeñas heridas o la sangre en sí, porque un día en donde Tony le enseñó a hacer origami, se hizo un pequeño corte con la hoja de papel y se extraño que el hombre no actuará alarmado así como supuso, en cambio recibió unos labios alrededor del apéndice y unos ojos oscuros, Peter tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para no ponerse duro por esa situación.

Volviendo al presente, Peter seguía muy ansioso, no podía dejar de pensar en el Sr. Stark cuando asimile de que tenía un 'don'.

Mentira sería decir que cada día que pasaba el Sr. Stark no lo enamoraba cada vez más y si, Peter es consciente de que tal vez está experimentando posibles síntomas del síndrome de Estocolmo, pero no podía evitarlo, no cuando Tony actuaba tan dulce y cariñoso, ofreciéndole todo el amor que le hacía falta, podía ver en el hombre un amigo, un apoyo y la única persona en su solitaria vida que le ofrecía todo el afecto que deseaba.

Tony lo alimenta, lo cuida, lo escucha cuando tiene necesidad de desahogarse, lo ama y protege. Es todo lo que Peter anhelo en su futura pareja.

Un golpe en la puerta de su habitación antes de ser abierta lo saca de sus pensamientos, y el hombre que lo tenía tan enamorado le ofreció una sonrisa antes de decir: