Capítulo 10 | Candy White Andrew

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No fue una sorpresa para Marie que a los pocos días llegara la noticia de que Candy había sido encontrada y adoptada por la familia Andrew. Todo lo contrario a sus padres, que se habían impresionado por tales eventos inesperados.

Algunas personas del pueblo y los mismos empleados de la casa Bennett, criticaban la repentina adopción de Candy. Las malas lenguas decían que los Andrew se habían robado la propiedad de los Leagan. Esos comentarios enfadaron a Marie, porque se referían a Candy como si fuera un objeto que podía ser repartido o vendido con facilidad.

Aun así, guardó la compostura. Ya habían demasiados cuchicheos sobre ella desde el último baile de los Andrew. No deseaba más atención, al menos no de la mala. Sobre todo, esa noche especial; Candy sería presentada como una Andrew, sería el momento para que la rubia pudiera brillar, y Marie no pretendía molestar su noche.

—Gracias por su invitación, señora Elroy —dijo Ian alegremente. Se inclinó ante la mujer.

—Me alegra que vinieran.

—Nos sentimos honrados por su invitación, teniendo en cuenta que esta cena es para Candy y su familia, no para los amigos y socios de los Andrew.

—Es importante incluirlos a ustedes si en algún punto podríamos volvernos parientes —dijo la mujer, echando un rápido vistazo a Marie—. Iniciaremos la cena.

—Siento haberlos hecho esperar —dijo Stear, bajando las escaleras del salón. Detrás de él, iba Candy con un bello vestido verde y su cabello, usualmente rebelde, estaba atado con listones del mismo color—. Damas y caballeros, la señorita Candy White Andrew.

Los ojos de Marie resplandecieron al ver a la espectacular chica, y su corazón se aceleró cuando los ojos verdes de Candy se cruzaron con los suyos. Marie entreabrió su boca mientras observaba la sonrisa de la menor y sus mejillas se colorearon ligeramente de un rojo cautivante.

Neil frunció el ceño inspeccionando la reacción de la castaña. Para él, Marie estaba viendo a Candy como si se tratase de una gema encantada y eso le desagradó.

—Vamos a sentarnos, Marie —dijo Felicia, cortando la burbuja en la que se había enfrascado su hija—. Estarás junto a Stear.

—¿Ah? Sí.

Marie se acercó a la mesa.

—No sé quién apreció más a Candy, si tú o Anthony —se burló Stear entre susurros mientras la ayudaba a sentarse.

—Es solo que se ve diferente. —Marie agitó su abanico cerca de su rostro para aliviar el repentino calor que la invadió—. Se ve demasiado hermosa.

—Creo que ya lo saben, esta es Candy que fue adoptada por la familia Andrew a instancia del señor Williams —habló la señora Elroy con poca emoción—. Antes de presentarla a los parientes de los Andrew, invité especialmente a los Leagan y a los Bennett. Candy, di unas palabras a nuestros invitados.

—Me alegro mucho de verlos —dijo, inclinando su cabeza.

—Candy, tú asiento está allí. —La señora Elroy señaló con la cabeza el lugar entre Elisa y Neil.

La nueva integrante de los Andrew caminó bajo la mirada crítica de los invitados. Marie tuvo que cubrirse la boca cuando la rubia pasó detrás de Neil y este hizo una expresión de dolor; Candy lo había pisado.

—Debo irme —anunció Elisa, levantándose de la mesa cuando la rubia se encontró junto a ella. La señora Leagan imitó a su hija para hablar con ella, provocando murmullos entre los invitados.

—Momento dramático —murmuró Stear.

—Han herido su orgullo, siento un poco de lástima, pero es momento de solo pensar en Candy y su bienvenida a tu familia —expresó Marie, sin mirarlo, ya que su mirada estaba sobre la señora Elroy—. Es seguro que ella se encargará de hablar con Elisa.

La Bruja del Tiempo | Candy CandyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora