Lo mejor que Agnus sabe hacer es escribir. Su vida cambió desde que una tarde de verano conoció esa página de historias en línea y decidió subir las suyas. Lo que no espera, es que su vida vuelva a cambiar con la llegada de un huracán de delirios, r...
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―Hoy los vi juntos, sé que es solo mi amiga, bueno o lo era, pero dolió bastante ―Le cuento a mi padre―. Alan es buen chico, supongo que debería alegrarme por ella, ¿por qué no es así?
―Hijo, creo que la respuesta es muy obvia: quieres a Pam no solo como tu amiga de toda la vida.
"Solo amigos", novela de @BeautifulDecember
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Cuatro palabras: Ay, Dios mío. Bueno, en realidad son tres, pero el estar frente a una gigantesca y lujosa casa, no me hace pensar con claridad. Y déjenme decirles que yo siempre pienso con claridad, porque si una persona no piensa con claridad, comete actos del cual se arrepiente y yo, creo que por el momento no me he arrepentido de nada... Excepto aquella vez en la que terminé intoxicada en un hospital, por aceptar una apuesta en un campamento, donde tuve que comer tierra y un hongo. Qué asco, todavía siento el asqueroso sabor del hongo en mis papilas gustativas. ¿Por qué estoy diciendo esto? Como sea, estamos frente a la casa de Austin para recuperar a mi inocente mascota. Blake había llegado con nosotros, pero después de susurrarle algo a Cande, se fue sin decir más. Sospechoso.
―Esta casa es enorme ―dice Benja.
―Muy grande ―concuerdo―. Austin vende drogas, estoy segura. Por eso Blake se fue de aquí, él ya sabe la verdad de su amigo narco. Por eso siempre viste de camisas y zapatos lustrados.
―¡Agnus! ―Me reta mi amigo―. Su padre es dueño de una cadena de hoteles importantísima.
―¿Conocerá a Paris Hilton? ―pregunto curiosa.
Por alguna razón que desconozco, mis tres amigos me miran raro.
―¿Ves, Agnus? Si no pelearas tanto con Austin, podrías ser la princesa y él tu príncipe de cuentos ―indica Cande, comiendo uno de sus típicos gusanos.
―¿Perdón? ―inquiero indignada―. Te diré dos cosas: mi mamá dice que yo ya soy una princesa y mi mami es muy inteligente. Y la segunda: Austin jamás me gustaría, ¡por favor! Ese chico y yo no somos compatibles. Además, no necesito de ningún príncipe para ser una princesa.
―¿Tú, una princesa? ―Benja rió en forma de burla―. ¡Eres Fiona!
―Pero princesa en fin, tonto ―Golpeo su hombro y me dirijo a France―. ¡France, tu chico dice que yo no soy una princesa!
