Capítulo 29: Gracias por entender.

56.5K 5.6K 2.8K
                                    

Ella se iba acostumbrando a sus días sin él; volvía a ser Emi y la música

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ella se iba acostumbrando a sus días sin él; volvía a ser Emi y la música. Su violín era lo que le importaba, nada de esa chica llamada Amelia, ni de ese indeciso de Santiago que todavía se quedaba mirándola cuando ella no se daba cuenta. Cada día que pasaba, Emi ganaba más cosas. Cada día que pasaba, Santi lo perdía todo.

"Y todo por callar", historia de @BeautifulDecember.

"Y todo por callar", historia de @BeautifulDecember

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No hago más que mirarme al espejo. No soy de esas chicas que están horas y horas preparándose para verse bien, ni tampoco soy una descuidada que no usa más que zapatillas ni conoce de cremas hidratantes. Digamos que soy un término medio; me gusta sentirme bonita, pero tampoco estoy todo el día cuidando de mi aspecto, porque entiendo que las cosas van por otro lado. Sin embargo, hoy es un día diferente y odio el motivo por el cual me la pasé probándome vestidos y peinados frente a mi espejo. ¿En serio estoy haciendo esto para verme bien delante del tonto de Slender? Me siento tan tonta al querer que me vea linda, hasta deseo gritar y patalear de lo boba que estoy siendo, pero terminaría arruinando mi peinado y tendría que volver a empezar.

Termino de colocarme brillo y acomodo por tercera vez mi vestido. Debo confesar que me gusta el reflejo que tengo frente a mí. Sé que ya es hora de bajar, lo vi desde la ventana quince minutos atrás al llegar y mis nervios parecían martillarme.

Entonces encuentro a Austin leyendo el cuaderno que dejé accidentalmente en la mesada de la sala de estar. Me sorprendo al no sentir la necesidad de arrebatárselo por ser un entrometido como siempre, pero me doy cuenta que no me importa que lo lea, si después de todo es eso lo que soy. Cada cosa que escribo en ese cuaderno me define y no debo avergonzarme ni ocultarlo de nadie. No es consciente que estoy detrás de él, así que no hago más que observarlo. Está vestido con ese estilo perfectamente formal como siempre, algo típico en él. Austin no sería Austin sin sus camisas prolijamente planchadas y sus zapatos lustrados que casi puedes mirarte en ellos. Es como si anduviera con el uniforme las veinticuatro horas del día.

―Hola, tonto ―Lo saludo.

Él suelta el cuaderno y da un pequeño salto de sorpresa. Su mirada y se queda tildada en mi vestido morado y luego en mi rostro. Sus ojos verdes no se desvían de mí y los míos de él tampoco y no sé exactamente qué decir. Veo que a Austin le pasa lo mismo, porque todavía se mantiene callado, sin embargo, se despabila y abre su boca solo para decir:

Fuera de WattpadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora