Lo mejor que Agnus sabe hacer es escribir. Su vida cambió desde que una tarde de verano conoció esa página de historias en línea y decidió subir las suyas. Lo que no espera, es que su vida vuelva a cambiar con la llegada de un huracán de delirios, r...
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Hola, Pam.
Antes de que tires esta nota a la basura, de hecho, como yo hice con nuestra amistad, solo quiero decirte que lo siento. Lo siento tanto y siempre voy a estar arrepentido de la mala decisión que tomé al alejarte de mi vida. Realmente lo siento. Quiero que todo vuelva a ser como antes, por favor. Respóndeme, sea como sea. Te quiero.
Leo.
"Solo amigos", novela de @BeautifulDecember.
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―No puede ser, no puede ser, no puede ser... ―repito sin cansarme―. Es ella, es ella, es ella... No puede ser, no puede ser, no puede ser...
―¿Bomboncito? ¿Qué haces abrazando tus rodillas y meciéndote? ―Mamá me saca de mis pensamientos―. No quiero ser mala, pero pareces un loco.
Se detiene a mi costado y toca mi hombro con su dedo índice, sin embargo, no puedo prestarle demasiada atención, porque mis pensamientos giran alrededor del descubrimiento de la noche anterior. No pude pegar un ojo y en mi estado, no sé cuándo volveré a hacerlo. Esto es demasiado para mí, no logro asimilarlo, no hay manera.
―Hijo, ¿qué sucede? ¡Háblame!
―Hablar... hablar, eso es lo que tengo que hacer. Estoy bien y no acabo de descubrir algo que jamás me esperaba, ¿eh? Yo no estoy loco, la loca es ella. Es una mini loquita con manos suaves, loca, loca, loca.
―Austin, me asustas ―Sonó preocupada y tocó mi frente―. ¿No tendrás fiebre? No, veo que no.
―Estoy bien ―Seguía meciéndome hacia delante y atrás―. Bien, muuuy bien. ¿Por qué estaría mal? ―Reí―. ¡Estoy de luuujo!
―Ay, Dios. ¿Quieres faltar a la escue...?
―¡No! ―exclamé, me quedé mirando un punto fijo, y muy lentamente, fui girando la cabeza hacía donde está mi mamá―. Nopi, nopi, nou. Yo iré ―Tomé el celular de Agnus―, debo devolverle esto a mi nooovia ―dije alargando la "o".
―Llamaré al doctor, Austin.
Rompí a reír, haciendo que mi mamá de un respingo del susto.
―¡No! Sabes de mi pánico a los doctores. No quiero, no quiero, no quiero ―Me levanto de un salto―. Me baño y me voy a la escuela.
