Lo mejor que Agnus sabe hacer es escribir. Su vida cambió desde que una tarde de verano conoció esa página de historias en línea y decidió subir las suyas. Lo que no espera, es que su vida vuelva a cambiar con la llegada de un huracán de delirios, r...
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―¿Isabelle? ¡Isabelle! ―Corrí a abrazarla.
―Dije que no permitiría que te fueras de nuevo, Luke.
Al tenerla conmigo sentí que pude volver a respirar. Me equivoqué al decir que estaba haciendo lo correcto dejándola atrás para protegerla, porque ella terminó salvándome a mí. Terminó destruyendo a quienes querían verme desaparecer. En las películas es el chico quien termina siendo el héroe, pero esta vez no lo es, ella es mi heroína.
"Sin identidad", historia de @StayStrong7.
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Habían pasado cuatro frustrantes días desde el momento en el que Blake se enteró de que Nicolás "está interesado en mí". El capitán del equipo de natación ya casi ni me habla, apenas me dice "hola" y sigue su tonto camino. Simplemente pasaba de mí todo el día. Nicolás se limitaba a charlar conmigo cuando Blake deambulaba por la zona, incluso hasta una vez me tomó de las manos, pero no importaba lo que nosotros hiciéramos; Blake no hacía nada por querer acercarse a mí. ¡Ni en la hora del almuerzo se sentaba con nosotros! Incluso puedo decir que estaba un poco enojado con su amigo, cosa que realmente es algo incoherente, ya que Austin estará loco, pero es el ser más inofensivo de la tierra.
Pensé que nuestra historia sería como la de un precioso libro de romance. Que él sería el héroe que me confesaría su amor y lucharía por lo que siente, sin embargo, las cosas no salen como pensamos. Las desilusiones cuando llegan te golpean fuerte y con demasiada tristeza.
Me encontraba intentando estudiar en la biblioteca. Tenía mi libro de química en la misma página desde casi una hora. Las fórmulas me parecían ilegibles y mis ánimos se encontraban por el suelo como para concentrarme en el próximo examen. Sí, Candela, la chica más responsable y aplicada de IIA no podía estudiar. ¿Pero qué decir? Con solo pensar en sus ojos grises ignorándome, me es suficiente. Me digo "basta" a mí misma y me siento un poco más erguida para estudiar como corresponde, pero mis intentos quedan fracasados cuando alguien carraspea a mi lado y coloca una mano en el libro. Se trata, nada más y nada menos, que de él.
―Vaya, pensé que te habías olvidado de mi existencia ―musito, pero sigo mirando el libro. Aunque tenga piel de gallina. Aunque me tiemblen las piernas―. Estoy estudiando.
