Prize -Lucemond-

Capítulo 4: beware (ten cuidado)

Aegon entra tropezando al salón del consejo, copa en mano. Llega tarde y apesta a vino. A pesar de estar sentado al otro lado del salón, Aemond pudo ver lo nublados que estaban los ojos de su hermano. Aemond aprieta los dientes, sintiendo como la decepción corre por sus venas. Los miembros del consejo habían decidido esperar a pesar de que Aemond les había advertido que pasaría mucho tiempo antes de que el Rey llegara. Tenían mucho que discutir, pero incluso Otto había estado en contra de iniciar sin Aegon.

—Tenemos asuntos muy serios que discutir, su majestad —le dijo le informó inmediatamente a su llegada, sus manos firmemente apretadas entre sí y posadas frente a él.

Aegon desestima sus palabras con un movimiento de mano. —Bueno, pongámonos manos a la obra —dice con un bostezo.

Empiezan con temas ligeros. Ser Tyland Lannister había mencionado algunos gastos superficiales que necesitaban ser eliminados, a lo cual Aegon se negó insistentemente. ("Necesitamos esa carga extra de Arbor Red. Son de suma importancia" les había dicho con mucha pasión). Lord Jasper Wylde creyó que sería prudente el aprisionar a algunos miembros de la servidumbre ya que su lealtad aún era inconsistente. Aegon no refutó nada con respecto a eso.

—Su majestad, han ocurrido varios eventos que han perjudicado nuestro dominio sobre Riverlands —dice Otto tan suavemente que llama la atención de Aemond.

—La princesa Rhaenyra y su gente —continúa—. Su indignidad no conoce límites. Daemon ha conquistado Harenhal y vuestro sobrino Jacaerys ha tenido éxito en obtener el apoyo de los lores del norte. Parece que estos esfuerzos combinados los han llevado a poder sitiar House Bracken y sus alrededores.

—Por la puta —suspira Aegon mientras esconde su rostro entre sus manos.

—Mi Rey, esto no puede continuar. Estamos llegando a niveles realmente críticos. No podemos continuar ignorando esta rebelión y esperar a que simplemente se desvanezca —Otto se inclina para acercarse a Aegon y le susurra—. Sé que su madre aún mantiene un lugar en su corazón para Rhaenyra y sus hijos, pero debemos priorizar el terminar esto antes de que se vuelva peor. Usemos las armas que tenemos. Lucerys...

—Lucerys se encuentra en un estado frágil de salud, abuelo —interrumpe Aemond, y su voz sale más agresiva de lo que era su intención—. Parece que tus tácticas para conseguir que haga lo que quieres están haciendo más mal que bien.

Otto lleva su mirada hacia Aemond y su ceja se levanta en sorpresa — ¿Oh?

Aemond hace un sonido de afirmación —Así es. Parece que el pequeño principito no puede tolerar tu constante acoso. Lucerys siempre ha sido el más débil de todos nosotros, después de todo. No es ninguna sorpresa.

—Bueno, ¿entonces qué sugiere que se haga, mi príncipe? —pregunta el Gran Maestre Orwyle repentinamente, mirando a Aemond como si este fuera uno de sus experimentos.

La mesa entera lo observa con distintos grados de interés. Aemond se aclara la garganta. —El confinamiento extremo no hará que se una a nuestra causa. Le dijimos que no seríamos crueles, y aunque no tengo nada en contra de la crueldad, creo que es lo único que hemos sido.

—¿A qué se refiere?

—No ha salido de sus aposentos en casi una quincena —dice Aemond con un suspiro, la frustración subiendo por él al verse forzado a defender al mocoso que lo había dejado medio ciego—. Eso no le está permitiendo pensar con claridad. También amenazaron con decapitar a su familia entera —Aemond ríe con ironía—, lo cual no es realmente "brindarle el tratado adecuado para su rango " como le dijeron.

—Abuelo, ¿tú le dijiste eso? —preguntó Aegon, sonando casi escandalizado—. Madre jamás permitiría que-

—Mi Rey —le interrumpe Otto—. Si me permite, mi intención era solamente acelerar las negociaciones de paz.