—No...esto no puede estar pasando—Jimin empezó a temblar, mientras caminaba de un lado para otro, comenzando a desesperarse, masticandose el dedo de la ansiedad que estaba sintiendo. No quería creer lo que estaba pasando, imploraba que alguien desde el más allá viniese a despertarlo para decirle que el Jungkook parado con unas pruebas de embarazo positivas en la mano eran una maldita ilusión. Que nada de lo que estaba pasando fuera real. Pagaría todo lo que sea para que le dijeran que mañana sería un nuevo día para tomar mejores decisiones.
Decisiones que traían muchas consecuencias.
Jimin comenzaba a preguntarse desde qué momento fue que la cagó. Acaso pasó en el momento en el conejo tocó a la puerta de su apartamento? O fue porque él precisamente quién le abrió? O debió simplemente haber ignorado su llamado y quedarse dormido? Pero eso no cambiaría que de igual manera se hubieran visto. O simplemente se le había acabado su suerte y esta situación es la que estaba pagando por las muchas veces que le hizo la vida imposible a Jin.
No estaba seguro de la verdadera causa, pero algo que sí podía admitir con firmeza es que no estaba listo para ser padre.
—¿Estás se...guro que es...mío?—preguntó temeroso, viendo como la cara de Jungkook cambiaba en un segundo a una de furia.
Tenían que entenderlo, está situación no le hacía pensar con claridad.
—¡QUÉ!—un Jungkook indignado gritó cabreado, dispuesto a darle un merecido puñetazo—¡Por supuesto que sí, inútil!—le tiró las pruebas en la cara.—Y pobre de ti que quieras escaparte en la noche, porque te juro Park Jimin, que soy capaz de buscarte hasta el fin del mundo para cortarte los huevos que tanto te cuelgan de adorno. —amenazó molesto apuntadole con su índice, a lo que solo Jimin asintió, agarrando discretamente sus partes.
No quería admitir que tenía miedo por su vida, pero no podía subestimar las palabras de Jungkook a ligera. Ese conejo no era normal.
—Y ahora que ya confirmamos que estoy embarazado, te vas a hacer cargo como el próximo padre que vas a ser, entendiste?—el rubio asustado asintió rápidamente —así que prepara la tina de baño que quiero relajarme. Toda la tarde he estado estresado con lo del embarazo que no he podido descansar como debe ser.
"Aish, pero por qué yo? "susurró haciendo pucheros, pensando que solo él lo había oído.
—¡Qué! ¿¡Quién es el jodido embarazado aquí!?—Jimin saltó del grito asustandose para inmediatamente irse corriendo al baño —así me gustas, todo calladito y obediente.—sonrió viendo como se iba.
Jungkook a pesar de que no sabía a cabalidad lo que le esperaba en ser padre. En estos momentos, estaba disfrutando el ver a Jimin corriendo en atenderle todo lo que quisiese.
"Nada podía arruinar este momento " pensó burlón.
Y es que era algo impresionante como todo había cambiado tan rápido. Hace tan solo unos días, él era un completo extraño en la vida de Jin hyung y Jimin, y ahora iba a tener un hijo de este último. Aún no podía creer que una criatura pequeñita salga de la unión de ellos dos. O más bien dicho, de las revolcadas que se dieron en todas las esquinas de la casa.
De solo pensarlo, Jungkook se estaba comenzando a excitar de nuevo.
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