8. Bunny

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—¿Me llamabas?—Jin enarcó una ceja a su pregunta, desconcertado.

Más que todo porque el semblante de Jungkook era demasiado tranquilo para su gusto. No había ni un signo de nerviosismo ni titubeó ni muletillas en su rostro como lo estuvo Jimin. De cierta forma le agradaba, pero a la vez no. Era un sentimiento de poder muy contradictorio aunque no quería darle tantas vueltas porque a fin de cuentas, Jungkook era solo su invitado.

Esta vez tenía que ser imparcial con todos. No podía estar cegado de todo lo que estaba pasando solo porque tenía una pequeña debilidad con el híbrido conejo.

No podía evitarlo. Era un hombre débil a esa carita demasiada tierna.

!Que alguien demandé a esa carita preciosa!

—Sí, dime por favor, por qué ninguno de los dos contestó mi llamada? Antes de llamarle a Jimin, te marqué como 15 veces, Jungkook—recalcó su nombre claramente molesto.

Aunque Jungkook no reaccionó nervioso como el mayor hubiera querido.

—Ah, es que en ese momento estaba mirando la televisión y bueno, no lo escuché.—le restó importancia— Seguramente Jimin tampoco oyó el suyo, Jin hyung—le sonrió con su característica sonrisa de niño bueno.

Sabiendo que esa carita nunca fallaba.

—Uhmmm...bueno...—no se podía decir mucho viendo su seguridad —tiene sentido, creo?

—No lo dudes, hyung. No tienes que preocuparte por cosas sin importancia. Con Jimin aún no somos grandes amigos, pero al menos nos soportamos —respondió

Y no es que a Jungkook le encantará mentir descaradamente con la persona que lo acogió sin chistar, pero tampoco es que tenía alternativa.

De verdad no la tenía.

—Okey, está bien—suspiró cansado, levantándose de su silla de la que estuvo sentado desde que interrogó a Jimin—los voy a dejar pasar ya que parece que solamente me preocupe por nada así como tú dices, Jungkook—el mencionado asintió feliz—PERO si cuando llegue, veo que falta algo por más mínimo que sea, estaré muy decepcionado de ti, Jungkook.—se cruzó de brazos.

El menor no pudó evitar tragar saliva un poco intimidado. Más que temor por un castigo, odiaba cuando la gente le decía que estaban decepcionados con él. Ya sea por cualquier cosa. Le hacía sentir cómo un inútil que no supo encargarse de una responsabilidad.

—Claro. No te preocupes. Cuando vengas vas a estar sorprendido de lo intacto que está desde que te fuiste.—aseguró sombrío.

Claramente incómodo.

—Eso espero, Jungkook. Bueno, eso era todo—suspiró secretamente feliz de haber tenido una reacción de Jungkook —Cuida a Jimin, coman bien y por favor ya no tengan peleas tontas, okay?

—Okay

Jin se despidió poco después, cortándose la llamada.

Jungkook se quedó un rato más en su asiento, meditando un poco todos los acontecimientos que había pasado desde que vino a estar de huésped en esta casa. Desde un inicio, prácticamente le había insistido a Nam que le permitiera conocer otra gente híbrida además de él. Cuando  vino a este departamento, no sabía con quién se encontraría o si tendría una conexión (al menos sexual) con otro híbrido, pero la sorpresa fue demasiada satisfactoria.

Jimin era el híbrido perfecto para él, aunque en un principio no hayan comenzado bien(culpa al mayor) ahora era otro cosa. Ya había encendido un fuego que solo seguiría ardiendo más y más.

Y con ese pensamiento y una sonrisa traviesa, se paró dirigiéndose hacia Jimin que aún seguía en su cuarto encerrado.

—Jimin?—tocó la puerta.

PLAY ROOM (Jikook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora