CAPÍTULO 13 "Un tenso encuentro"

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Un suspiro profundo escapa de entre mis labios mientras  observo el cálido azul del cielo ser invadido por las nubes grisáceas. Mis auriculares están conectados a mi móvil reproduciendo una melodía de piano; la paz que transmiten los sonoros sonidos es sumamente agradable, sin duda, el piano es uno de mis instrumentos favoritos. Es triste que nunca haya tenido una oportunidad de crear un vínculo de aprendizaje con tal maravilla. La música clásica ligada a la concentración, la elegancia e incluso en la depresión, genera una dualidad interesante.

Súbitamente, el auricular derecho es desprendido de mi oído, mi rostro se vuelve rápidamente para encontrar a la persona responsable, aunque ha llegado repentinamente no me sorprende ver a Matthew Harvey a mi lado, sonriendo como es habitual en él.

—Lo siento. Solo quiero hablar, ¿Estás ocupada? —me pregunta.

—Dime —trato de recuperar mi auricular, pero él lo aleja y luego lo lleva a su oído izquierdo.

Deja sus brazos cruzados sobre la mesa y su cabeza gacha a merced de estos, se ríe de mi intento inútil, sin importarle mi recriminadora mirada.

—¡Oye! —espeta después de que he pasudo la melodía en mi móvil. Su cuerpo se reincorpora aún sobre su lugar.

—Dijiste que querías hablar —le recuerdo.

—Ah, sí, claro. —dice estirando sus brazos sobre la mesa, y luego, simplemente desvía la mirada de la mía, Matthew no suele apartar la mirada cuando hablamos, conocerlo demasiado para suponer que hay algo que lo agobia. Unos segundos más permanece en silencio y yo en espera de que hable— Olvídalo, no es nada —sonríe, pero no creo en sus palabras. En cambio, no pienso atosigarlo con preguntas directas acerca de lo que lo agobia.

—¿Para decir nada has venido aquí? —sino considerara que está un poco agobiado esta situación podría resultar casi graciosa, de modo que sonrío tratando de amenizar el ambiente y él es muy bueno captando la sensación que intento transmitirle, lo veo sonreír, esta vez de una manera más sincera que hace unos segundos.

—En realidad, estaba un poco aburrido, creí que podíamos hablar sin la necesidad de estar en dentro del aula mientras me explicas un ejercicio.

—¿Era eso realmente? —pregunto. Por alguna razón, esta es la primera vez que noto algo de inseguridad en las palabras de Matthew, y entonces mis dudas solo quieren una respuesta, porque debo admitir que entre los cientos de cosas que no me interesan del resto del mundo, Matthew es una excepción, porque no podría ser tan ingrata con quien ha hecho tanto por mí.

—Por supuesto —súbitamente sus palabras tienen el beneficio de la seguridad— es solo que... nuestras charlas suelen ser espontaneas y a veces extrañas y eso... 

—¿No te agrada? —pregunto. Cielos, hace unas semanas hubiese mantenido la boca cerrada ante las palabras de Matthew, ni siquiera habría pensado mucho en sus palabras, pero ahora es diferente, siento que nuestra interacción ahora amerita cierta confianza. La misma que jamás he depositado en nadie más.

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