CAPÍTULO 4 "Un golpe a las emociones"

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El nuevo día es igual que el anterior, el pronóstico es perfecto para permanecer en la cama unas horas más, la lluvia continua y la temperatura es moderadamente fría, sin embargo, aún tengo cosas que hacer durante la mañana. Desde la ventana de mi habitación miro hacia la calle, no hay nada nuevo o fuera de lo común, entonces sé que podría ser un monótono día más.

Dejo los pensamientos de lado para ejecutar mis pendientes; algunos deberes de la escuela, preparar mi desayuno y otras cosas. En la cocina, me percato del montón de bolsas pequeñas de basura, olvidé sacarlas los días anteriores, ahora tengo que hacerlo antes de que se multipliquen.
Tomo las pequeñas bolsas y las meto todas en una más grande para salir a dejarla con prisa cuando la lluvia ha menguado un poco. Abro uno de los contenedores para lanzar la bolsa de basura, pero no lo hago.

Unos pequeños ojos inocentes se han quedado clavados en mí vista. Hay un sucio, pero tierno cachorrito dentro. Su mirada es tan conmovedora que no puedo evitar el efecto de la conmoción en mi interior a causa de esta. Es pequeño y lindo a pesar de la suciedad en su pelaje. Arrojo las bolsas al suelo en el momento en el que la pequeña criatura peluda empieza a ladrar pidiendo salir del contenedor o quizá pidiendo que lo cierre.

Es solo un indefenso animalito, no puedo dejarlo ahí. Lo saco antes de recoger nuevamente la bolsa de basura y por fin arrojarla dentro. Entonces noto que el cachorro está temblando de frío, quizá entró ahí para refugiarse, y no halló la manera de salir.
Sonrío cuando acaricio su pelaje blanco, el cual ha cambiado a un tono marrón debido a la suciedad. Es muy lindo, pero de inmediato se me ocurre que puede tener algún dueño preocupado por ahí.
Busco algún collar en su cuello o algo que señale su procedencia o dirección, sin embargo, no hay nada.

Sin pensarlo mucho me adentro en mi casa para evitar posibles efectos de la inclemencia del clima sobre ambos.

El pequeño cachorro me mira desde su sitio en la alfombra al mismo tiempo que ladra y pavonea sobre ella. Podría quedarme con el pequeño animal, pero quizás eso no sea lo más prudente...tal vez debería llevarlo a un refugio, sin embargo, si lo pienso mejor, ya hay muchos cachorros en busca de un verdadero hogar en esos lugares y...por alguna razón, no puedo deshacerme del pequeño animal, no ahora que lo he adentrado en mi casa, no quiero abandonarlo. Ya no importa que es prudente o no, él no tiene un dueño y no puedo dejarlo solo a su suerte, sea un refugio o la calle, ninguna es una opción que me agrade. Sé que no puedo permitirme cuidar correctamente de él, no en favor de mi precariedad económica, pero sacarlo de mi casa sería como un segundo abandono para él o ella. No puedo hacerle eso. Con una sonrisa en mi rostro lo haga venir a mis brazos nuevamente, nunca he cuidado a un cachorro ni otro animal, así que espero hacerlo bien. No podría llamar al pequeño animal mi nueva mascota, me agrada mucho, quizá será mi nuevo y único amigo o amiga.

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