Alice Clarence ha tenido una vida difícil, las preocupaciones, son parte de su día a día, y es aún peor al iniciar su último año del instituto, la incertidumbre del futuro parece estar en su contra, pero ella no imagina que este viene con una grata...
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En mi mente, pocos recuerdos pertenecen a la edad en la que era feliz, antes de los siete años. Tal vez la razón por la que mis recuerdos están más marcados desde esa edad es porque fue cuando la burbuja perfecta de la vida de una niña se rompió para siempre. Las razones son tan fáciles de decir, pero la realidad tan complicada de vivir; mi padre se marchó abandonándonos a mi madre y a mí, ella simplemente prefirió refugiarse en el alcohol antes que enfrentar la pérfida realidad.
Me convertí en el cúmulo de la frustración, preocupación y tristeza, llevando una lóbrega vida por años. Soporté la agresión de mi madre por años, soy una pequeña isla en medio de las aguas feroces, he tratado de no someterme ante estas, sin embargo, es muy difícil sobrevivir sin ayuda, sin nadie que me escuche.
Nunca había podido vivir la vida como lo hacen la mayoría de las chicas de mi edad, yendo a fiesta, rodeadas de amigos, viviendo nuevas experiencias. A mis 18 años los únicos sentimientos que he experimentado son los que arremeten frecuentemente en mi corazón, nostálgicos y melancólicos, los cuales son como cicatrices abiertas del pasado, incluso si lo intento no parecen sanar. El rechazo y exclusión son una pena mas que he tenido que padecer.
Desconocía totalmente lo que la vida preparada para mí, no me percaté de esto tarde ni temprano; quizá justo a tiempo. El destino había sido testigo de mis desgracias, y cuando las obras de este empujaron mi vida fuera de su penumbroso abismo, ni siquiera yo pude ir contra él, porque mis sentimientos han sucumbido ante chico inimaginable. El milagro que toda mi vida necesité. No sabía que tendría la oportunidad de ser amada, no sabía que las preocupaciones podían desvanecerse solo con su presencia.
¿Por qué hasta ahora? Porque he sufrido en el paso y ahora quiero ser feliz. Porque ahora, desde el precipicio del tormento puedo alcanzar la sima de la felicidad.
