Legado maldito parte III

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Wei WuXian recobró la consciencia.

Fue aterrador el no poder ver sus manos o pies. Ni siquiera conservó una forma traslúcida o fantasmal. Lo cual le hizo sentir incómodo, pero, acostumbrado a toda clase de situación extraña, lo superó en poco tiempo.

Fue como un espíritu sin forma, ni cuerpo durante mucho tiempo. Pese a ello, logró ver y escuchar lo ocurrido a su alrededor.

Lo primero en notar fue que era invierno.

El blanco inmaculado cubrió el mundo. La nieve se apoderó del paisaje, cubriéndolo todo con una suave y esponjada nube de hielo.

El entorno le resultó familiar. Flotando su cuerpo lejos de la arboleda desnuda, encontró un poblado reconocible, a raíz de sus andanzas en el pasado.

Gusu.

Atravesó las calles del pueblo de Caiyi. Las personas se recuperaban poco a poco de las secuelas dejadas por los Wen. Incluso en un día tan frío como ese, sonrieron y disfrutaron sus vidas mortales.

Emprendiendo el camino montaña arriba, atravesó miles de escalones hasta llegar al templo de Yunshen Buzhichu. El cual había sido reparado casi en su totalidad. Los fieles iban y venían. Rezaban, daban ofrendas y quemaban incienso. La congregación fue vasta. Entendió en que el templo central de los Lan no fue reparado por arte de magia, sino por intervención y apoyo de aquellos fieles que ansiaron agradecer la benevolencia, buena voluntad y valor de ZeWu-Jun, y miembros del clan Lan, durante la campaña para derribar el sol.

En el templo espiritual, imperceptible para el ojo mortal, se encontró ZeWu-Jun bebiendo té; viendo la forma desnuda de un árbol que perdió sus hojas con absoluta parsimonia.

Wei WuXian se estremeció de horror, al sentir una concentración de resentimiento crudo acercarse a desde el fondo de la montaña.

No fue solo él, sirvientes y jóvenes discípulos cultivadores al servicio de los Lan corrieron a través de los pilares, tropezando sin contener las palabras de asombro y la palidez en su rostro.

Una joven discípula chillo. "¡Una gran masa de energía resentida está subiendo nuestras escaleras divinas!"

Wei WuXian recordó el enjambre de resentimiento dentro del XuanWu con forma de espada. La energía volátil en la masa de energía demoníaca y la espada siniestra ahogada en el lago tuvieron un núcleo muy similar.

"¡ZeWu-Jun! ¡ZeWu-Jun! ¡Tiene que hacer algo!" Lloraron los jóvenes.

Lan XiChen endureció su ceño, solo después de tranquilizar a los niños con palabras amables, solicitó a los más jóvenes volver al interior del templo donde permanecer seguros.

XiChen invocó a Shuoyue y se encaminó a los arcos de entrada. A mitad de camino se acercó una joven mujer, Wei WuXian notó cierto parecido con Lan DongMei, sacerdotisa del tercer templo Lan en las colinas del este.

"¿Qué ocurre, maestra LeQi?" Solicitó orientación.

Luchando contra la turbación, Lan LeQi balbuceó: "¡Es el segundo maestro! ¡Él regreso!"

Ambos hombres se horrorizaron.

Lan XiChen abandonó el templo a gran velocidad, incapaz de soportar la incertidumbre. Wei WuXian se aferró a él, desplazándose con mayor facilidad.

A mitad de la escalera de miles de escalones, se encontraron.

Frente a ellos, Lan WangJi.

Pero no era el Lan WangJi del que Wei WuXian recordaba. Tampoco similar al que hizo promesas de afecto una vez.

Promesas de vidas pasadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora