Capítulo 17

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Aquella tarde, luego de poner mis pertenencias más importantes en los dos bolsos que los hermanos Hayden me proporcionaron, los tiramos por la ventana por la que Allec había entrado, y fueron atrapados por su gemela y el hermano mayor con gran velocidad, puesto que el sol no les llegaba directamente, pero aún así debían ser cuidadosos.

Hicimos una parada rápida en un Mc Donald's y compramos una hamburguesa para Jason y otra para mí, aunque me había negado a la oferta ya que ellos habían traído suficiente comida como para abastecer un ejército.

—Lo que no sabes, cuñada — dijo Killian — es que el pelirrojo de aquí come al igual que cinco personas.

—Tengo que mantener mi energía — se justificó con un poco de indignación en el tono de voz —, de lo contrario, no serviré para nada.

—Eso es lo más absurdo que he oído salir de tu boca. — comentó Dave, mirándolo por el espejo retrovisor.

—Cómo sea — rodó los ojos en respuesta. — Avísame cuando estemos cerca.

—¿Cerca de dónde? — curioseé y parece que cometí un pecado capital.

Nadie me respondió, y por un par de minutos sentí que el ambiente se había puesto tenso, hasta que oí a alguien suspirar.

—Muy bien, el gato tenía que salir de la bolsa tarde o temprano. — me giré hacia Jason y fruncí el ceño — Mi padre vive fuera del bosque.

—Oh — creí que su padre vivía en el pueblo, como el resto de las brujas y hechiceras, pero por el incómodo que debe de ser esto para él, supongo que esto no está bien —, lo siento no quería entrometerme.

—Descuida. — se encogió de hombros — Pero la razón por la que iremos a verlo es por la misma razón por la que tuvo que irse.

Segundos en silencio, para darle un poco de misterio. Misterio que no puedo evitar corromper.

—¿Y esa sería...?

—Magia oscura. — respondió Dave, por él. — Yawar práctica magia oscura, de la que intentamos evitar en el pueblo, es por eso que se lo desterró.

Destierro. Una palabra que no he oído que nadie la usará en mis veinte años de existencia en este mundo. No siempre es buena, raramente se da en buenos términos, y nunca quieres estar de ninguno de los dos lados.

—Lo siento mucho. — musité, sin saber que más decir. Y luego de ver al pelirrojo asentir, supe que la conexión era un poco rara — ¿Pero por qué magia negra? ¿Qué tiene que ver con todo esto?

—La magia que vi en tu casa, Elizabeth — se relamió los labios —, es poderosa. Muchos sueñan con manejar el arte del control mental, muy pocos logran hacerlo.

—¿Tu padre es uno de ellos? — sería lo más obvio.

—No — negó rotundamente —, pero sabe cómo contactar o rastrear a quienes sí.

—El problema es — dijo Jordan por primera vez desde que salimos del bosque —, el precio que deberemos pagar por el conocimiento.

Fruncí el ceño, nunca lo había visto tan serio. No es que nos conozcamos hace mucho tiempo, pero desde que lo vi por primera vez, su sonrisa y sus bromas siempre estuvieron ahí, pero ahora, intento descifrar si lo que veo en sus ojos es... miedo.

Killian habló entonces, y me explicó que el pueblo convive en secreto y en armonía porque mantienen reglas vitales tales como no acabar con los animales, cuidar la naturaleza, y no poner en peligro el ecosistema que habían establecido. Al parecer Yawar, el padre de Jason, puso en peligro todo eso en determinadas ocasiones, y tras varias advertencias, Abalev y Gama decidieron que lo mejor para todos era dejar de ofrecerle asilo, ya que al parecer, a Yawar no le interesaba resguardar la seguridad de su familia y su clan.

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