Odiaba lo mucho que necesitaba su tacto, cómo lo tocaba y sus insinuaciones, odiaba su olor o cómo forzaba a besarlo cuando estaban solos, odiaba que lo amará cada vez que le daba regalos o decía lo mucho que lo quería, odiaba que le gustaran sus ce...
Quackity siempre se sintió solo, pero creía que sí fingía no importarle, el dolor se podría esfumar mientras inhalaba ese cigarrillo.
La primera vez que supo que realmente era una mala persona, la primera vez que sintió el odio, le decepcion, y que su pared boba de ilusiones de ser el mejor del mundo había caído, fue el día en el que tuvo que asistir al funeral de su novio, el dolor nunca se fue.
Siempre estuvo con él, perplejo a su piel, era parte de él, y aunque a veces hay días buenos, hay días malos, dormía sabiendo que había fracasado, que sus amigos lo detestaban, después de todo, ¿quien no lo odiaría a él? Tommy era el más afectado, era su mejor amigo, tanto como su hermano, y le había arrebatado todo el significado a su vida.
-Quackity- sujetó su brazo con presión volteando su cara llena de decepcion, tardó en darse cuenta su presencia antes de recibir un abrazo cariñoso lleno de compasión en una esquina antes de llegar al baño al haber pasado tal momento ansioso frente a todos en un funeral.
-No fue tu culpa- susurró el de mayor estatura cubriendo sus lágrimas griseasas, no correspondió e incluso se alejó -Lo sé, jaja.
-No fue tu culpa- sus lentes, su cabello, sí, él era su mejor amigo; su nombre era Charlie, quien Lucía de traje oscuro y una expresión afligida -Charlie...- abrazó su propio estómago uniendo sus piernas con incomodidad.
-No. Fue. Tu. Culpa.
Un llanto desesperante lucró en su rostro lleno de dolor, gimoteó desgarrando su garganta abrazando al chiquillo un poco más alto quien le recibió con los brazos extendidos llenos de tristeza, aun podía decir la mirada de la gente juzgarlo pero con un poco de apoyo; el dolor desaparecía por un segundo.
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Se había despertado, no entendía porqué de la nada tenía tantos recuerdos del pasado como si le estuvieran regañando en la cara, suspiró limpiando la marca de sudor de su frente hasta sentir un manoseo en su cadera, abrió los ojos notando la presencia de luzu abrazar su cuerpo abiertamente. Sonrió al tacto dulce besando su frente moviéndose con cuidado hasta quedar sentado en la orilla de la cama «Necesito arreglar esta mierda»
Se dijo a sí mismo «¿Por qué actúe así con rubius? Me siento mal ahora»
La estupidez se lo rompía por dentro, de alguna forma sintió pena ajena de actuar como un villano cliché fuera de esa jaula porqué, se apoyó en el lavamanos del baño abriendo la ducha con agua tibia «Me gustó tener el control, pero no quiero sentirme así»
«¿Debería decirle a luzu que amenace a mi abusador por algo que seguramente no hizo? Suena tan irónico» desató las trenzas de su cabello desnudando su torso de aquella camiseta con un estampado de Deftones.
«Bueno, ¿por qué me sigo sintiendo mal por él? Vamos, Quackity Wembley, solo tienes que perdonarlo para estar en paz contigo mismo, no es tan difícil» había quitado su ropa interior adentrándose al agua «Pero me da rabia verlo al frente mío»
