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Serenidad sobre ti

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Serenidad sobre ti

Lejanos uno del otro pero conectados por el mismo firmamento, un amor naciendo y un amor muriendo, uno anhela el dulce tacto y cariño del otro mientras uno desea dejar sus sentimientos enterrados y aceptar que su amor nunca será correspondido. 

Neteyam recuerda sus noches solo, contemplando las estrellas intentado estar en paz; imposible estarlo por la constante idea del daño que podría estar ocacionando a su familia pero desde que se preguntó a si mismo, ¿cómo estaría Aonung? desde ese entonces no pudo dejar de pensar en él. Por cosas pequeñas que poco a poco se iban tornando más y más profundas, inició y ya no supo como detener su mente, y como si se tratará de una enfermedad aquellos ligeros pensamientos por Aonung se hubieron propagando por todo su cuerpo hasta acumularse en su corazón, corazón que peleaba con su mente, pero tal parece que está guerra interna la ganó el corazón. Pues es ahora que cuando vuelve a ver a Aonung a los ojos es que se da cuenta que no solo extrañaba un amigo o simplemente era una idea, si no que realmente estaba enamorado de él. 

Pero, ¿Como? nunca se habían llevado bien, la ultima vez que se vieron se pelearon en la arena intentado ahogarse entre si, esculcaba en lo más profundo de si, intentado entender porque sentía tanto por él cuando no ha existido ningun tipo de forma para que florezca algo más. Neteyam no podía entender eso pero luego recordó que había visto como pequeñas platas brotaban de las cenizas, como despúes de algo que parecía estar eternamente muerto era capaz de traer vida. Y es que aunque algo parezca muerto y que jamás regresara, siempre encuentra la manera de volver a la vida de cualquier manera. 

El joven Omatikaya se dispusó a buscar a Aonung, entrando al mar sin rumbo para buscarle tan solo esperaba que este no fuera tan lejos o al menos encontrarlo antes de que el cielo y el mar lo trage en su inmensa oscuridad. Neteyam estuvo nadando, estuvo siente años sin entrar a aguas profundas y se confió que sus pulmones aún recordarían los días que entrenó junto a sus hermanos tiempo atrás. Sus latidos eran apresurados, la angustía de no encontrarlo, la soledad, el miedo y el desespero por la falta de aire eran como rocas en sus pies que no sumergían; tal parece que el mar quería acabar con él pues las olas intentaban cubrir su rostro hasta asfixiarle.

-!Aonung¡-gritó, gritó lo más fuerte que pudó; como pudo se mantuvo a flote para seguir buscandolo o para ser rescatado.-!Aonung¡-su voz estaba cansada, era casi imposible gritar cuando no tiene aire y fuerzas dentro de ti. 

Una gran ola cayó sobre él adentrandole en el profundo mar, quería salir pero sus piernas no respondían; Más angustía que acabó con lo poco que tenía, cerró sus ojos y en eso sintió como algo le tomaba de la cintura y lo llevaba hacía la superficie. 

-Tranquilo Neteyam, aquí estoy.-dijo Aonung sacando la cabeza de Neteyam del mar, como pudo llevó a Neteyam a un munto de rocas para que este pudiera recuperarse.-Eres un tonto, ¿Cómo se te ocurre venir al mar en epoca de vientos?

𝑆𝑎𝑙𝑡𝑦 𝐾𝑖𝑠𝑠𝑒𝑠 ┊𝐴𝑣𝑎𝑡𝑎𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora