Almas resquebrajadas

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Siempre fuimos dos jóvenes que creímos estar envueltos por la magia que envuelve la máscara de la juventud, y sí, fuimos dos ingenuos que nos dejamos engañar muy fácilmente, pensando que todo sería como creeríamos, pero en su momento no escuchamos esos famosos consejos que escuchamos dar a todo el mundo y que nosotros no tuvimos la suerte de escuchar, aunque cabe aceptar que no nos dejamos ayudar, más bien hicimos lo único que pasaba por nuestra mente y creíamos que era coherente: dejar que el tiempo fuera el encargado de ocuparse de ellos.

Pero claro como era lógico nos caímos de bruces contra el suelo y todas las partículas de la llamada felicidad se hicieron añicos, y después nuestro corazones siguieron el mismo camino hasta acabar igual, esperando la inminente transfusión de esperanza que deseaban mientras se desangraban y nadie era consciente de que eso estaba sucediendo.

Tal fue nuestro error que todavía recogemos los pedazos de nuestras alas resquebrajadas...

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