Inexorable || George Weasley Fanfic.

✧ Capítulo 12 ✧

Estar contigo

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George:

Estaba en el baño de desuso del séptimo piso junto a Fred.

Preparando una nueva tanda de bromas para la semana, podíamos ser irresponsables con las tareas escolares ¿Pero con las bromas? Jamás.

—¿Qué harás George? No crees que puedes estar, no sé, presionándola de más.

—Sí, no quiero hacerlo, pero tampoco se me ocurren más ideas.

—¿Tendría algo de malo que tuvieran algo secreto? —preguntó cerrando un frasco de aroma fétido, que estábamos ocupando para hacer una nueva bomba.

—Ella no se merece eso, no quiero tener que ocultar que me gusta ante nadie.

—Vas muy en serio, me parece extraño.

—¿Por qué? Me gusta, ella merece mucho más de lo que le han dado Fred.

—Lo sé, parece como, no sé, cree que siempre tiene que tener la guardia alerta.

—No creo que su vida haya sido muy fácil, por eso tampoco tiene demasiada vida social, vive con el miedo a que la traicionen.

—Viendo lo que le sucedió a su padre, entiendo el trauma —respondió observándome—, te tiene loco.

—Loco ya estaba, pero sí, me encanta.

—Puajj haces que me den ganas de vomitar.

—No sé que hacer, no quiero que me vea como un pesado, estoy intentando respetar todos sus límites, pero es que, no me parece justo tener que aguantarme siempre que la veo.

—No lo es, pero, dudo que lo esté haciendo por ella.

—¿A qué te refieres? —pregunté con el ceño fruncido.

—Malfoy está acostumbrada a ser precavida, quizá me estoy volviendo loco igual, pero, ¿Y si lo está haciendo para protegerte?

—¿Protegerme de qué Fred?

—De lo que puedas perder por estar con ella Georgie.

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Antares era callada.

Al igual que Draco.

No hablaba mucho con nadie, de hecho, pocas veces la vi conversando con otra persona que no fueran sus amigos, rara vez reía y solo en una ocasión la ví partiéndose a carcajadas. Justo el año pasado, cuando Draco fue convertido en hurón y ella no podía siquiera respirar por la risa.

Era un enigma que estaba dispuesto a resolver.

Llama la atención. Todo en ella.

Me parece una de las personas más interesantes del mundo —aunque no conociera a todo el mundo aún—, la manera en la que participaba regularmente en clase, dando explicaciones elaboradas y terminologías que ni porque lo intentara entendería.

Es muy lista.

Y no sabía si sería capaz de llegar a ser lo que ella merecía, así decidiera aceptarme como algo más que sus besos recurrentes, no tenía idea de cómo hacerle para ganármela completa.

Me siento tan pequeño a su lado.

Decidí recargarme en el marco de la puerta del comedor, esperando impaciente hasta que ella pudiera salir sin que se hiciera muy obvio, cuando por fin vi su melena, no se detuvo a mi lado, siguió caminando, y esperé el tiempo necesario para seguirla.