Inexorable || George Weasley Fanfic.

✧ Capítulo 19 ✧

Los horrocruxes y un te quiero.

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Antares:

Algunas personas suelen creer, que, si deseas algo con suficiente fuerza, el universo te concede aquello que tanto has anhelado tener. Te lo narran como un cuento de hadas, algo realmente imposible.

Pero en todos los años que llevaba estudiando y leyendo sobre el mecanismo Muggle, me di cuenta, que muchas de las cosas que yo veía normales, para ellos eran fantasías, nada mas que meras historias increíbles que les contaban a los niños.

Pero esto, lo que sucedió, lo sentí justamente como eso, como una fantasía hecha realidad, aunque nunca me hubiese puesto a pensar en la posibilidad de volver a ver a mi tío y lo que ello me haría sentir.

Debía estar soñando.

No había otra explicación.

No existía ningún motivo por el cuál la persona frente a nosotros estuviera justamente ahí, vivo, mirándonos como si nos conociera de toda la vida y hubiese sido el tío que te regala dulces a escondidas y te tapa las travesuras.

Draco ni siquiera había nacido cuando se supone que el tío Regulus murió, y yo tan solo tenía un año, ni siquiera me acordaba de nada antes de mi sexto cumpleaños, tenía vagos recuerdos de la abuela, y a veces creía escuchar la voz del tío Reg hablándome cuando era pequeña, pero fuera de eso...

Abrí los ojos abruptamente, solo para darme cuenta, que esta situación ya la había visto, en una visión.

—Veo que tus visiones han evolucionado.

—Pero como...

—Me sorprendió darme cuenta de tu interés por manejar la materia, pero saber que tenías visiones fue extraño.

—Yo... no son comunes, a veces ni siquiera sé que son visiones.

—Bueno, la psiquis actúa de manera diferente, no puedes realmente llamarlo visiones todavía, pero creo que, si haces una investigación más a fondo sobre ello, podrías dominarlo.

—¿Desde cuándo estudias la materia? —preguntó Draco en un susurro, claramente indignado por la falta de información.

—Luego te cuento.

—El muerto sabe más que yo, excelente.

—Por lo visto, muy muerto no está.

Se veía raramente normal, no parecía enfermo ni descuidado, llevaba un traje verde oscuro, y el cabello ondulado hasta los oídos. No debía pasar de los treinta y cinco, quizá estaba por debajo de esa edad, no recordaba exactamente cuántos años tenía cuando fingió su muerte, pero se veía incluso mejor que mi propia madre, y eso ya era mucho que decir.

Podría suponer, que si, en algún momento llegué a creer que uno de mis familiares había fingido su muerte, aparecería andrajoso, sucio y casi al borde de la locura. Justo como mi padre escapando de Azkaban.

Mi madre solía contarme historias del tío Reg, como era en el colegio, sus gustos, materias favoritas, el potencial que siempre lo hizo destacar, y alababa seguido su inteligencia, al parecer, mi madre conoció a mi padre por mi tío, eran mejores amigos en el colegio, compañeros de casa, a pesar de la diferencia de edades.

Volteé a ver a Draco, quien de por sí carecía de color en la piel, ahora parecía más bien transparente.

—De acuerdo, síganme —Dio la vuelta, y comenzó a caminar por la oscuridad de la cueva.